La receta portuguesa contra el declive: captar extranjeros y recuperar emigrados

begoña íñiguez CORRESPONSAL EN LISBOA

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Un joven viaja en un tranvía de Lisboa
Un joven viaja en un tranvía de Lisboa VÍTOR MEJUTO

Ayudas económicas directas y polémicas ventajas fiscales son los imanes al otro lado de la Raia para recuperar población

13 ago 2019 . Actualizado a las 07:28 h.

Un estudio sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones portugués publicado este mismo año calcula que para el 2070 el país vecino habrá perdido casi la cuarta parte de su población y quedará por debajo de los 8 millones de habitantes. Más allá de esa apocalíptica proyección, lo cierto es que en la última década el número de residentes en Portugal no ha dejado de menguar hasta alcanzar los 10,3 millones actuales.

Las autoridades lusas tratan de revertir el fenómeno y, por ello desde el año 2012 el Gobierno incentiva a los inversores extranjeros que decidan residir en el país con reducciones y exenciones fiscales muy atractivas para ellos. El primero en ponerlas en marcha, en octubre de dicho año, fue el conservador Pedro Passos Coelho, con la puesta en marcha de los Vistos Gold (Golden Visa), unas autorizaciones de residencia especiales concedidas a naturales de países extracomunitarios a cambio de la realización de inversiones empresariales o inmobiliarias.

Su estela ha sido seguida por el socialista António Costa, actual primer ministro, que ha implementado incentivos e importantes ventajas fiscales para los ciudadanos europeos que cambien su residencia a Portugal.

El caso de los Vistos Gold, considerados como permisos de residencia de oro, todavía vigentes, ha hecho correr ríos de tinta en el país. Las irregularidades en su concesión incluso llevaron al exministro de Administración Interna, Miguel Macedo, y a varios miembros de su equipo, a ser imputados por corrupción.

4.000 foráneos más

La puesta en marcha de esas medidas fue aprobada estando el país en una delicada situación financiera, tras ser rescatado por la troika. Desde entonces y hasta junio de este año, más de 4.000 personas de fuera de la UE, fundamentalmente chinos, brasileños y rusos, se han beneficiado de estas autorizaciones de residencia, a cambio de invertir en el país más de 500.000 euros, bien a través de productos financieros, bien creando una empresa y 10 puestos de trabajo, o bien comprando un inmueble de más de medio millón de euros en cualquier localidad portuguesa.

 Chinos, brasileños y rusos se han beneficiado de las polémicas Golden Visas portuguesas

La mayor parte de los extranjeros acogidos eligieron esta última opción, por lo que la medida hizo dispararse, casi de un día para otro, los precios de las viviendas de lujo en las áreas metropolitanas de Lisboa y Oporto. La compra de apartamentos en los barrios lisboetas de Príncipe Real, Amoreiras, Lapa o el Parque de las Naciones; de viviendas en los enclaves turísticos de Cascais y Estoril; o de gandes residencias en el área costera de A Foz, en Oporto, son una constante entre quienes han optado a una de estas Golden Visa. Pero además, en muchos casos, esas adquisiciones se hicieron por encima de los precios de mercado. «Al tener que invertir obligatoriamente más de 500.000 euros para obtener el permiso de residencia, muchas viviendas se vendieron, inicialmente, por encima de su valor en 2012» explica João Soares, agente inmobiliario. «Y curiosamente -añade- los precios comenzaron a disparase en Lisboa y Oporto desde entonces».

El programa Regresar

La crisis económica y el rescate financiero del país en el año 2011 provocaron una fuerte oleada de migratoria en Portugal. Por ello, con la vista puesta en lograr el retorno de esos emigrantes, el ejecutivo de Costa lanzó el pasado 22 de julio el programa Regresar, dirigido a trabajadores portugueses que residan fuera del país desde, al menos, diciembre del 2015. Para seducirlos, el gobierno ha optado por incentivos fiscales y también ayudas directas. Por ejemplo, ofrecer hasta 6.536 euros a cada emigrante que desee retornar a Portugal para trabajar y comenzar una nueva vida.

El gobierno ofrece hasta 6.500 euros a los emigrantes que quieran volver a trabajar al país

El presupuesto del programa es de 10 millones de euros, las candidaturas ya están abiertas y se espera que con esta medida regresen hasta final del año 2020 más de 3.000 portugueses y sus familias, que residen fuera del país. «Es una ayuda para soportar los costes de los viajes, los gastos que surjan y las mudanzas de todos aquellos que opten por volver a casa», declaró durante la presentación del programa Miguel Cabrita, secretario de Estado de Empleo.

Uno de los requisitos fundamentales para recibir la ayuda monetaria del Regresar es haber firmado un contrato de trabajo indefinido en territorio luso entre el 1 de enero del 2019 y el 31 de diciembre del 2020.

Este programa incluye también -como los anteriores- importantes beneficios fiscales durante cinco años para cualquier trabajador que regrese a tierras portuguesas entre este año y el próximo, como la reducción del 50% de la tributación sobre los ingresos del trabajo dependiente, empresarial y autónomo. Está por comprobar el efecto imán.

Retiro dorado para jubilados europeos

Portugal también ofrece ventajas fiscales para atraer a ciudadanos europeos con alto poder adquisitivo, fundamentalmente jubilados, aunque cada vez son más los jóvenes que optan por trasladarse a Lisboa, en muchos casos en familia, atraídos por estos incentivos y por la flexibilidad del programa NHR para residentes no habituales, ya que la exención de impuestos o el pago muy reducido están garantizados durante 10 años.

Las solicitudes de extranjeros comunitarios, sobre todo franceses, ingleses -por la incertidumbre del Brexit- y alemanes, además de suecos, holandeses e incluso españoles -como la nieta de Franco, Carmen Martínez Bordiu- para acogerse al NHR se ha incrementado más de un 40% desde el 2015. El ministerio de Finanzas luso ha anunciado que, para evitar fraudes, intensificará el control a los beneficiarios, comprobando, a través de facturas y gastos como luz o gas si, efectivamente, residen en Portugal.