Quince concellos tienen ya más electores viviendo en el extranjero que en el municipio

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

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XOÁN A. SOLER

Bande plantea que puedan votar en las municipales los emigrados que pasan meses en el pueblo

01 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La despoblación que sufre el medio rural en favor de las ciudades y la emigración al extranjero se nota más que nunca en el censo electoral que acaba de cerrarse para las elecciones municipales y europeas de mayo. El incremento del censo de gallegos residentes en el exterior coincide con un fuerte retroceso del listado de posibles votantes que viven en Galicia. Y dicha combinación hace que en quince concellos de la comunidad haya ya más electores residiendo en otros países que en el propio municipio. Incluso en tres ayuntamientos se supera la relación de seis censados con derecho a voto habitando en el extranjero por menos de cuatro instalados en el pueblo. Avión (62,3 % de su censo fuera de España), Gomesende (61,05) y Bande (60,9) son el ejemplo extremo de la importancia que puede llegar a adquirir el voto emitido desde el extranjero. A la zaga, y creciendo, les siguen Navia de Suarna (57,8), Quintela de Leirado (56,8), A Arnoia (56,6), Boborás (55,6), Verea (55,5), Beariz (52,9), Cortegada (51,4), Ramirás (50,9), O Bolo (50,7), Chandrexa de Queixa (50,6), A Fonsagrada (50,5) y A Mezquita (50,1).

Pero es que además, otros 30 concellos siguen el mismo camino y su censo exterior se mueve entre el 40 y 50 % del total.

«Non sabía que tiñamos xa máis electores no estranxeiro que aquí», dice sorprendido el alcalde de A Fonsagrada, Argelio Fernández. «Obrigaranos a facer algunha acción fóra, ter máis contacto que ata o de agora», añade el regidor socialista, que teme que aunque los emigrantes no puedan votar en las elecciones municipales, en las demás consultas «poden dar un resultado distinto por unha percepción que nada ten que ver coa maioritaria dos que residen no concello», advierte.

José Antonio Armada, alcalde de Bande, localidad en el «top» de España en peso del electorado exterior, considera con su experiencia que hay que reabrir el debate sobre la participación de los emigrantes en la política local y, al menos algunos de ellos, puedan volver a votar como antes de la reforma electoral aprobada en el 2011. «Creo que es digno de analizar el papel que pueden jugar vecinos que un día emigraron y que residen en el extranjero, pero que pasan seis o siete meses al año aquí». El alcalde del PP señala que «merecen una regulación especial», dado que además de pagar impuestos locales, «son conocedores de la realidad del concello sobradamente, que es algo diferente a los descendientes de emigrados que a lo mejor nunca han pisado el pueblo de sus antepasados», dice. «Hay que darle una vuelta a eso», requiere Armada.

Las cuatro provincias, en cabeza

Galicia es un caso singular en el contexto de España. No hay comunidad autónoma en la que pese más el censo electoral inscrito en el extranjero, y que llega ahora al 17,1 % del total. Son 456.547 los mayores de dieciocho años residentes en el extranjero censados en Galicia a afectos electorales.

Las nacionalizaciones de descendientes de emigrantes y la nueva emigración hacen que las provincias gallegas ocupen los primeros cuatro puestos de España en porcentaje de censo electoral fuera del país Y desde las autonómicas del 2016 dicho contingente creció en 10.277 personas, mientras que el censo interno bajó en 27.673.

La implantación del voto rogado hace ocho años, redujo, por su complejidad, la implicación de la emigración en las elecciones. En las autonómicas del 2009 participaron prácticamente uno de cada tres electores gallegos radicados en el extranjero. En las últimas del 2016 lo hizo solo el 2,4 % del total. El sistema que obliga a cruzar hasta tres envíos postales para votar tiene los días contados, a tenor de las promesas del PSOE y el PP, pero aunque el Gobierno central prometió que sería reformado el voto exterior antes de las municipales, el margen para aprobar el cambio se estrecha.