«El gallego de Chile es emprendedor»

Olga Suárez Chamorro
olga suárez REDACCIÓN / LA VOZ

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Francisco Bustos repasa la historia de los emigrantes en el centenario del Lar Gallego de Chile

26 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La oleada de gallegos que emigraron a América a finales del siglo XIX y principios del XX marcó la historia de países como Argentina, Uruguay y Brasil. Pero algunos de estos emigrantes escucharon comentarios de otro país donde «se vivía bien, se podía ahorrar, los hijos se educaban mejor y no estaba tan masificado como otros». El Lar Gallego de Chile celebró el 17 de octubre sus cien años. Francisco Bustos, su secretario, recuerda a aquellos emigrantes que optaron por el país andino.

-¿Vivió la galleguidad desde pequeño?

-Soy chileno, gallego de corazón y espíritu. Mí familia tiene sus raíces en Chaguazoso (A Mezquita). Pero yo me involucré de adulto, después de que mis niñas participaran en los campamentos de verano en Galicia, nos propusimos colaborar más activamente en el Lar Gallego. Entre los años 2004 y el 2007 vivimos una crisis y participamos en la directiva provisional hasta recuperar la confianza.

-¿Cuántos gallegos están registrados en Chile? 

-Unos 3.000 son los que arribaron en las migraciones anteriores a todo el país, desde Arica por el norte a Punta Arenas por el sur. En la actualidad no es sencillo tener una estadística exacta [según el INE, hay inscritos en Chile 3.907 gallegos].

-¿Qué movió a aquellos primeros emigrantes?

-El ciclo emigratorio fue entre 1900 y 1955. Fue entonces cuando llegó a Santiago de Chile un grupo importante de gallegos. El Gobierno chileno inició una campaña de captación de emigrantes entre los años 1884 y 1910 en Galicia, pero no tuvo buenos resultados porque la lejanía hacía que los interesados se decidieran por otros destinos como Argentina, Uruguay o Cuba. De Chaguazoso, por ejemplo, vinieron alrededor de 300 personas, familias enteras de agricultores. También de Ribadavia y A Peroxa. Todos emigraron para huir de la pobreza, la escasa educación y la Guerra Civil. Y por último, hablar de los que viajaron primero a Brasil o Argentina y escucharon allí que en Chile se vivía bien. Pero no fue algo masificado, tal vez, la cordillera de Los Andes, el Desierto de Atacama y el Océano Pacífico aislaban Chile y lo hacían un país muy lejano.

-¿Qué queda de aquellos emigrantes?

-Han dejado un importante legado al país y a la comunidades españolas: negocios, industrias, comercio y campos agrícolas de herencia, entre otras actividades, que obtuvieron gracias a un tremendo esfuerzo. Hay en la actualidad negocios vigentes que se crearon en 1891 y que reflejan el espíritu y tesón impuesto a sus vidas.

-¿Qué significó para ellos la creación de un centro gallego?

- Creo que fue de vital importancia para generar una instancia de encuentro, siempre tuvo más de 190 asociados.

-¿Se sienten más gallegos o más chilenos?

-Por permanencia y cariño al país de acogida, nos sentimos chilenos. Pero hay cosas que nunca se olvidan, que es la tierra que te vio nacer, Galicia. Y eso es algo que no se borra nunca, porque permanece por siempre.

-¿Cómo son los gallegos de hoy de Chile?

-El gallego actual es activo y emprendedor: empresarios, industriales, comerciantes... Y luego están los nuevos emigrantes, que son distintos: jóvenes, profesionales y emprendedores, que cuentan con un claro nivel educacional superior, muchos con más de un grado académico y que hablan más de una lengua.

-¿Y acuden al Lar Gallego?

-El aumento de socios en este sentido es mínimo. Algunos se acercan para informarse y, de hecho, creamos un informe para los nuevos emigrantes con todo tipo de datos de interés; y recibimos currículos que hacemos circular entre los asociados.

-¿Cómo ve el futuro del Lar?

-En la actualidad la institución trabaja por mantenerse y vivir de su realidad, no la que se tuvo en el pasado, ni la que pudo ser. La nuestra ha pasado por distintas etapas y condiciones y ha podido salir adelante. La idea es tener la capacidad de llegar a ser sostenible en el tiempo. Además, la inclusión de más mujeres y jóvenes en las actividades diarias ha hecho que su vigencia y proyección de futuro se visualice de forma positiva.