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Un estradense en el proyecto espacial de la estación que orbitará la Luna

Deza

rocío garcía a estrada / la voz

Adrián Ferreiro trabaja en el sistema de acoplamiento de los módulos

20 Oct 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Adrián Ferreiro García (A Estrada, 1998) está cumpliendo el sueño que perseguía desde niño. De pequeño siempre se interesó por la ciencia y, especialmente, por todo lo que tenía que ver con el espacio. Sació su curiosidad devorando documentales sobre el tema y, cuánto más sabía, más dudas le surgían. «Siempre me preguntaba por qué el ser humano no había vuelto a pisar la Luna desde los años setenta», recuerda. Creció dándole vueltas a eso y, nada más acabar la carrera, tuvo la oportunidad de trabajar en un proyecto enmarcado en el programa Artemisa, que tiene como meta volver a pisar la Luna en esta década. «Siempre quise ser parte de esa aventura y estoy encantado», confiesa en una entrevista telefónica desde Bilbao, que es donde está trabajando en la actualidad.

Para poder poner su granito de arena en la exploración espacial, Adrián Ferreiro tuvo que trabajar duro. Estudió en el IES García Barros de A Estrada y empezó el Bachillerato sin tener claro qué carrera iba a elegir. «Pensaba en alguna Ingeniería y me planteaba Ingeniería Industrial, pero tenía dudas. Meses antes de la Selectividad se anunció que al curso siguiente se iba a estrenar el grado de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio en el campus de Ourense. Eso para mí fue como una señal. Lo tuve claro», cuenta.

Adrián, con un 12 en Selectivo, se aseguró una de las 50 plazas, pero lo más duro aún estaba por venir. «La carrera es muy dura. El salto del instituto a la Universidad es notable. A mí las Matemáticas y la Física no se me daban especialmente bien y los dos primeros años fueron duros. Tercero y cuarto, donde ya todo es más aplicado lo disfruté mucho más», explica el ingeniero aeroespacial. «De los 50 alumnos que empezamos, a los cuatro años, a curso por año, nos graduamos 15», comenta. La parte positiva es que, los que lo hicieron, encontraron trabajo enseguida. «Hay mucho trabajo. La pena es que hay que irse fuera de Galicia. Tengo compañeros trabajando en el extranjero, en Alemania, Holanda o Inglaterra y otros por España adelante. En Galicia hay poco trabajo. Es una pena, aunque el sector aeroespacial está creciendo», explica el estradense.

Adrián Ferreiro encontró la oportunidad de cumplir su sueño en Bilbao, en la empresa Sener Aeroespacial. Es un gigante de la ingeniería que abarca muchos sectores. El aeroespacial es uno de ellos y, dentro de él, la firma realiza el diseño de satélites, sistemas de comunicaciones o de guiado. «Es un trabajo muy diversificado», apunta Adrián Ferreiro. Él trabaja en el departamento de sistemas electromecánicos, para proyectos de la Agencia Espacial Europea, la NASA y las grandes empresas del sector.

 

Control térmico

En este momento, la misión del estradense como parte del enorme engranaje que es la industria aeroespacial es el control térmico del sistema de acoplamiento de la estación lunar Lunar Gateway. Para los profanos en la materia, se trata de un proyecto enmarcado en el programa Artemisa, un programa internacional de vuelo espacial tripulado liderado por la NASA que busca una nueva exploración humana de la Luna. La Plataforma Orbital Lunar Gateway es una estación espacial que orbitará la Luna y que constará de varios módulos. Uno es de la NASA y otro de la Agencia Espacial Europea. La empresa Sener Aeroespacial trabaja en la construcción del módulo europeo de la estación. El ingeniero estradense está en un equipo que se ocupa específicamente del sistema de acoplamiento que permitirá que, cuando el módulo europeo se encuentre con el americano, se toquen y se enganchen. «Las estaciones espaciales se construyen por módulos. Para llevarlas completas se necesitaría un cohete gigante que no existe. Se van llevando por módulos y se montan como un Lego», explica Adrián Ferreiro haciendo un esfuerzo de simplificación. El equipo en el que él trabaja diseña el sistema de acoplamiento y se ocupa del control térmico, es decir, de mantenerlo en el rango de temperaturas del módulo. «Si alcanzase temperaturas extremas sería algo crítico», cuenta.

«Esto es un arte que implica a muchísima gente. Y eso es lo bonito. Un montón de gente colabora para conseguir algo grande», comenta.

 

Apoyar misiones a Marte

Igual que ya existe una estación espacial orbitando la Tierra, ahora interesa tener también una orbitando la Luna. La Lunar Gateway será «una base de operaciones para apoyar después las misiones a la Luna y también las futuras misiones a Marte», explica el estradense. «Las Misiones Apolo acabaron en el 72. China tenía planes para volver a la Luna en el 2030 y digamos que los americanos se picaron un poco. Siempre es positivo... Que se peleen ahí y no en la Tierra con bombas», dice en tono pacifista.

Adrián Ferreiro está ahora encantado trabajando en Bilbao, pero le gustaría poder volver a Galicia algún día, cuando haya «oportunidades reales y buenas condiciones laborales».


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