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Óscar Rivas: «Nuestras piezas están en el Museo del Prado, Barajas y la Sagrada Familia»

Economía

sofía vázquez redacción / la voz

Rivas es accionista y ejecutivo de Industrias Trimar, que dirige junto a sus hermanos trillizos

03 Mar 2018. Actualizado a las 05:00 h.

Habla fluido y claro. Tiene mente de ingeniero (cuadriculada y con pocas ganas de perder el tiempo), y demuestra que se remanga todos los días para ponerse al tajo. Óscar Rivas, de 42 años, forma parte de unos hermanos trillizos que, al lado de su madre, impulsan Industrias Trimar, una empresa con tres décadas de historia. Se localiza en O Porriño, donde figura la sede social, y en Valença do Minho (Portugal), a donde han trasladado la producción por falta de suelo industrial en Galicia. Todos sus empleados son españoles, menos uno, de nacionalidad portuguesa.

-Así que los tres jefes son trillizos.

-Sí, Óscar, Germán y Carlos.

-¿Quién es el mayor? Lo digo por eso del primogénito.

-Nacimos con una diferencia de cinco minutos. Hay teorías muy variadas para este asunto, desde la que dice que el primogénito es el primero que nace hasta la que mantiene que es el último que ve la luz, porque es el primero que se forma. Así que al final no se sabe. En esta empresa familiar no tenemos un escalón de directivos. Los puestos están todos a la misma altura. Las decisiones se toman entre todos y por unanimidad.

-¿Por qué ampliar a Portugal?

-Trimar se dedica al corte de piezas de precisión en cualquier material y espesor mediante las tecnologías de corte por plasma, oxicorte, corte por agua y corte por sierra. En los próximos meses se introducirá también corte por láser. Además, somos distribuidores de la empresa sueca SSAB, puntera a nivel mundial en este tipo de aceros antidesgaste. Por nuestra actividad y por nuestra intención de servir pedidos de manera inmediata necesitábamos máquinas grandes y espacio. No encontrábamos suelo industrial en Galicia. El proyecto nació en el 2008 y nosotros necesitábamos 20.000 metros cuadrados. Conseguirlos cerca de O Porriño era imposible, desplazarnos a 70 kilómetros no lo veíamos viable, así que buscamos la alternativa en Portugal casi a la desesperada. Estamos a 10 kilómetros de la sede, y el espacio que compramos nos garantiza nuestro crecimiento futuro. Pero hubiéramos querido que esta ampliación se hubiese realizado en España.

-Dicen que sus trabajos están en el Museo del Prado.

-Sí, hemos hecho piezas para el Prado, el aeropuerto de Barajas y para la Sagrada Familia, donde hemos cortado las piezas que están en el suelo justo en las columnas. No son rectas, tienen formas. También realizamos trabajos que están en el puente de Rande y para el sector aeronáutico.

-Entonces, los catalanes no lo tienen todo allí.

-[Se ríe] Parece que no.

-¿Cuánto pueden incrementar la facturación [cerró el 2017 con 2,5 millones] con el proyecto del corte por láser?

-Entre un 30 y un 40 % en un año.

-Fácilmente...

-Con esfuerzo y con trabajo. La plantilla también aumentará desde las 15 personas actuales a 20.

-Su madre estará contenta. [Es una de las cinco accionistas de la compañía: ella, los trillizos y una hermana que se llama Mara, de ahí el nombre de Trimar]

-Me imagino que sí, pero habrá que preguntárselo a ella. Ve que las cosas van bien y que tiramos de la empresa cuando, por desgracia, mi padre falleció hace ya diez años. Como él, creo que somos gente luchadora y trabajadora. En la compañía, mi madre lleva la parte financiera. Es decir, el dinero lo gestiona ella, y tiene toda la experiencia del mundo. Empezó a trabajar a los 16 años.

-¿Cuál fue el mayor consejo que le dio su padre, José Rivas?

-Nos decía que hiciésemos las cosas cada día mejor, que no intentásemos engañar a nadie, que fuésemos sinceros y que siempre pudiéramos ir con la cabeza bien alta. Nos lo inculcó, como también que fuésemos responsables y que no le tuviésemos miedo a los nuevos proyectos profesionales que nos surgieran. Mi padre siempre nos decía que si queríamos algo luchásemos por ello porque, si lo hacíamos, lo íbamos a conseguir.

«Aquí las decisiones son ágiles y los temas no se acumulan»

Óscar Rivas es ingeniero de Telecomunicaciones, profesión que nada tiene que ver con la especialidad de Trimar.

-Trabajaba en Madrid, en una multinacional de mi especialidad. Estaba en un puesto de responsabilidad y muy interesante. Casi cobraba el doble de lo que ganaba aquí, pero se dieron una serie de circunstancias como que mis hermanos acababan sus carreras (Minas y Económicas) y mi padre quería el seguimiento de la empresa, y entonces fue el momento de decidir desarrollar el proyecto que ya veníamos pensando.

-¿Cuál?

-El que desarrollamos hoy. Mi padre tenía un taller de mecanizado, vendía suministro industrial y fabricaba máquinas para canteras. Aunque no tenía estudios universitarios siempre le gustó estudiar y aprender. Lo recuerdo con un papel dibujando esquemas y máquinas. Mis hermanos y yo nos pusimos a trabajar en paralelo y poco a poco los cuatro apostamos hacia esta actividad, después de madurar mucho la idea.

-Para el fundador hacer el cambio de actividad tuvo que ser complicado.

-No, mi padre era una persona muy abierta, muy inteligente. Vio que el futuro estaba donde nosotros habíamos empezado.

-Usted venía de una multinacional de telecomunicaciones. ¿Fue difícil el cambio?

-A mí no me costó esfuerzo. Había cosas que no entendía. Por ejemplo, se podía dar una situación con un cliente muy fácil de resolver, y no se arreglaba porque ninguno de los jefes tenía poder de decisión. Me costaba muchísimo decirle a mi cliente «espera, que voy a consultarle a mi jefe», y que no se resolviese de una manera rápida.

-Y aquí...

-Aquí las decisiones las toma la familia, y son mucho más ágiles porque somos tan solo cuatro. Un problema se soluciona en un momento. Los temas no se acumulan.

-En Madrid usted tenía un sueldo mayor que cuando vino a Galicia. Quizá ahora ya gane más.

-En estas empresas familiares como la nuestra no estamos pensando en el beneficio particular. Nosotros todo lo que ganamos lo reinvertimos. Espero que la tercera generación [todos los hermanos tienen hijos] continúe en la compañía.

 


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