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«El trabajo del conservacionista está fuera de España»

A Mariña

Olga Suárez Redacción / La Voz

El ingeniero agroforestal viveirense Roberto Martínez Orosa se embarca en un proyecto en Guinea Bisáu, tras cinco años en el instituto Jane Goodall en Senegal

26 Aug 2018. Actualizado a las 19:16 h.

La pasada primavera el viveirense Roberto Martínez Orosa cerraba un episodio de su vida que duró más de cinco años y que le llevó hasta la recóndita selva de Dindefelo en Senegal. Ingeniero agroforestal, llegó allí en el año 2013 para desarrollar el departamento agroforestal del Instituto Jane Goodall en la zona, un proyecto que nació con él y que dio por concluido el pasado marzo. De esa experiencia le quedan buenos recuerdos, pero también un arduo trabajo, ya que se trataba de una zona muy remota de la que no había estudios previos: «Fue poner los primeros ladrillos de todo y fue muy emocionante», recuerda.

Mucha formación y aprendizaje porque reconoce que le tocó hacer cosas que desconocía y, lo más importante, entender la cultura y tradiciones de los habitantes de la zona. Reconoce que tuvo que emplearse a fondo para hacerse entender entre los colectivos que viven en esa zona. «Hay que comprender por qué hacen las cosas que hacen, cosas que para nosotros son evidentes, allí no lo son tanto; llegas como un niño y tienes que entender cómo moverte un entorno totalmente desconocido». Aquella etapa acabó y Roberto Martínez regresó a su Viveiro natal. Aunque ya cuando llegó tenía claro que el regreso no era definitivo. «El trabajo de conservacionista, igual que el de los científicos, está fuera de España». No se ve realizando su trabajo en Galicia, pese a que confiesa que también aquí hay mucho que hacer.

Demasiados eucaliptos

Cuenta que la primera vez que volvió de vacaciones a Galicia desde Senegal fue realmente consciente de la cantidad de eucaliptos que hay en la comunidad: «Fue una reflexión súper inocente, es evidente la cantidad de eucaliptos que hay, apenas hay ya bosques naturales aquí, pero en aquel momento me sentí un poco hipócrita predicando la biodiversidad a 4.000 kilómetros de mi casa cuando hay tanto por hacer». Pero confiesa que se va porque prefiere continuar su carrera en sitios más exóticos. Dejar Senegal no fue fácil, «podría haber seguido allí años», pero reconoce que llegó un momento en el que sintió que necesitaba un cambio.

Martínez Orosa dejó las bases puestas del departamento agroforestal que creó y confiesa que podía haber seguido allí durante años, pero que también le apetecía encarar nuevos retos: «Llega un momento en el que el sitio en el que estás se convierte en un área de confort, es agradable, pero al mismo tiempo dejas de aprender y eso no era lo que yo quería».

«Me apetecía hacer algo más técnico y menos de gestión»

Roberto Martínez también considera el cambio positivo para la organización con la que trabajaba; poder contar con gente nueva que llegue con ideas renovadas. No obstante, las ganas de cambio no evitaron que se le quedara un gran vacío a la hora de decir adiós a tantos años en un lugar en el que todos los que le rodeaban se convirtieron en su familia. En marzo dejó la selva senegalesa y volvió a su Viveiro natal, pero ya con vistas de buscar su nuevo destino. Y lo ha encontrado en Guinea Bisáu, donde va de la mano de una pequeña ONG andaluza, Bosque y comunidad, que está ligada a la Universidad de Córdoba. Se trasladara a la región de Oio, donde dará formación en sistemas de la información geográfica y el manejo de recursos naturales a comunidades locales. Además, hará de enlace con alumnos y universidades europeas y africanas. «Lo importante es la transferencia de habilidades y fomentar el autodesarrollo, «dar cosas» normalmente no funciona o tiene un efecto negativo, excepto en situaciones de emergencia».

Especialista en grandes simios

Este viaje no lo hace solo, pues en él también se embarca su novia, una balear especialista en turismo con grandes simios que conoció en Senegal. Ambos tomaron la decisión de este cambio de rumbo y han buscado juntos el nuevo lugar donde instalar su casa, «después de tanto tiempo en África teníamos bastante claro que era lo que más nos atraía». En estos meses, les llegaron diferentes ofertas, pero fue el aspecto del nuevo puesto lo que le hizo decantarse por Guinea Bisáu: «Me apetecía hacer algo más técnico y menos de gestión, hay veces que prefieres dar un pasito atrás para dar un gran salto adelante». Es un país al que ya fue de vacaciones y que ahora se convertirá en su nuevo destino.

 


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