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Una empresa familiar que lleva Carballo por el mundo

Actualidad

Patricia Blanco

Herfraga nació en 1930 como taller mecánico y actualmente distribuye maquinaria para la industria conservera a más de 50 países

03 Mar 2014. Actualizado a las 12:07 h.

Desde Carballo para todo el mundo: Europa, Oriente Medio, Sudamérica, África y Asia. La compañía Herfraga S.A., enraizada en este municipio coruñés y de carácter familiar, se dedica a la producción de maquinaria para la industria conservera. Fundamentalmente, y ese es su producto estrella, empacadoras de atún, es decir, la máquina que permite introducir el producto en la lata.

Esta sociedad -que a día de hoy distribuye su producto a más de 50 países y que el año pasado destinó el 70 % de su producción a la exportación- remonta su origen a 1930, aunque la sociedad Herfraga como tal, con ese nombre, es más reciente. Fue en aquel 1930 cuando José Fraga Varela (abuelo de las cinco personas que ahora componen el equipo directivo) puso en marcha un pequeño taller mecánico y artesanal. No obstante, en la década de los 50, la producción giró hacia la maquinaria para la industria conservera.

Hoy, con 27 personas en plantilla (incluido el equipo directivo) y 14 patentes concedidas y publicadas, la marca Herfraga es reconocida mundialmente. No por ello ha perdido sus raíces carballesas (todo se hace desde esta localidad, incluido la asistencia técnica) ni tampoco su carácter familiar: la que hoy ocupa la dirección es la tercera generación.

El mercado obliga a vender fuera (aunque Galicia, dentro de España, sigue siendo una potencia conservera) y Herfraga, desde los años 60, exportó siempre, variando el porcentaje desde el 50 hasta el 80 %, según la época. En el tiempo transcurrido desde 1961, fecha de registro de la primera patente, hasta hoy, esta pequeña empresa no ha dejado de evolucionar, apostando siempre por el desarrollo tecnológico y la innovación. En el 2013, sus ventas fueron de algo más de dos millones de euros (2.042.326).

La calidad de las máquinas que diseña, fabrica y comercializa ha permitido a Herfraga afrontar los retos de un mercado competitivo e internacionalizado y, es más, pensar en el futuro: según explican desde el equipo directivo, «a idea pasa sempre por mellorar e diversificar clientes». Así, aunque la empacadora de atún sigue siendo la reina (la media es de unas 25 anuales), ahora fabrican también una para cárnicos (sobre todo, para pollo) y otra para vegetales. Herfraga es, además, ejemplo en otro sentido: frente a la volatilidad de contratos hoy vigente, en su fábrica trabajan personas que rondan los cuatro decenios de servicio. «A experiencia é un ben intanxible e máis nunha maquinaria tan específica», dice la dirección.

Uno de los trabajadores de Herfraga, trabajando esta semana en la fábrica, en la calle Poniente. | josé manuel casal


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