Un gallego emigrado compra el hotel más alto de Copacabana
Actualidad
José Oreiro gasta 84 millones para elevar a diez los centros de su cadena Windsor
10 Jun 2009. Actualizado a las 12:06 h.
Como muchos, como tantos otros, en los sesenta José Oreiro Campos metió su vida en un petate y partió a la busca de unas Américas que creía imposibles de hacer en su Pesadoira natal, una aldea de Negreira, concello próximo a Santiago. Adiós Galicia, hola Brasil, le dijo entonces al Atlántico mientras el ayer de niño se desdibujaba a su espalda y el mañana de hombre rompía a asomar allá en el horizonte.
Comenzó de camarero, sirviendo copas, cargando platos, en Río de Janeiro. Y allí continúa. Aunque, como pocos, como casi nadie, hoy ya no atiende órdenes, sino que las da. En calidad de socio de referencia, dirige Windsor, un grupo que, creado por él mismo, posee nueve hoteles de lujo repartidos por toda la ciudad, la mayor red carioca de alojamientos. Pronto añadirá un décimo complejo a esa lista, pues acaba de adquirir el más alto de Copacabana: el viejo Le Méridien, antaño foco de glamur.
Construido en 1975 y renovado en el 2000, el inmueble, un cinco estrellas, mide a lo alto 110 metros, casi el doble que la torre de Hércules. Consta de 54 suites y 442 habitaciones convencionales, el 90% con vistas al mar, distribuidas en 38 plantas. Cerrado desde el 2007, reabrirá, ya por completo remozado, hacia mediados del 2010. Al menos eso pretende Oreiro Campos, quien ha pagado por la propiedad, según fuentes no oficiales, unos 170 millones de reales, al cambio en vigor, 61.982.000 euros. También en divisa del Viejo Continente, a mayores, aún deberá invertir otros 21.876.000 en tareas de restauración.
Se lo ha comprado a Previ, un fondo de pensiones de los empleados del Banco de Brasil, imponiéndose en una larga negociación multibanda a gigantes del sector como Marriott, Starwood e Iberostar, para lo cual se valió de la mediación de la consultora Newmark Knight Frank. Cerrada con éxito la operación, ahora podrá colocar en plena avenida Atlántica, dentro de la zona más turística de Río y justo a los pies de su archifamosa playa, la enseña de la compañía, que concentra más de 2.000 estancias y emplea a un número similar de personas.
La Voz intentó contactar ayer con Oreiro, si bien en toda la jornada no pasó por su despacho. Se encontraba visitando obras en dos futuros hoteles, según su agente, Paolo Marcos. ¿Y cómo es el jefe, ese negreirés que empezó de mozo, luego ascendió a dueño de restaurantes, bingos y clubes, y, rompiendo con todo lo anterior, en estos momentos domina el negocio carioca de los alojamiento de lujo? «É moi reservado coa súa privacidade», se limitó a contestar. Quienes lo conocen a este lado del charco cuentan sobre él que visita Galicia habitualmente; la última vez, con motivo del entierro de su suegra hace medio año. Casado, con una hija y con dos nietos, ya ha cumplido los 69.