Dos hermanos de A Guarda en el mayor laboratorio de física del mundo

carlos ponce A GUARDA / LA VOZ

SUIZA

Manuel Rey

Juan Carlos desarrolla los imanes superconductores del CERN y Francisco, los detectores

03 ene 2018 . Actualizado a las 23:41 h.

Cuando Juan Carlos y Francisco Pérez, dos hermanos naturales de A Guarda, jugaban por las calles de la parroquia de Camposancos siendo niños no se les pasaba por la cabeza que su vida se desarrollaría muy lejos de allí. Y mucho menos, que llegarían a formar parte del CERN, el mayor laboratorio de física de partículas del mundo, situado en Ginebra.

Su vida cambió de la noche a la mañana cuando su padre emigró a Francia junto a toda su familia en los años setenta en busca de un futuro mejor para los suyos. Juan Carlos y Francisco, con 10 y 8 años, respectivamente, ya no volvieron a vivir en Galicia. El primero, ingeniero electromecánico de 55 años, y el segundo, ingeniero mecánico de 53, dejaron su currículo en el CERN hace ahora 22 años y desde entonces se han convertido en auténticas referencias en sus sectores.

«Nosotros cuando salimos de España pensamos que volveríamos al cabo de un año. Y mira, llevamos cuarenta años aquí. Cuando se jubiló mi padre, ellos sí que regresaron a Galicia», indica Francisco. Y recuerdan las dificultades de su llegada, cuando sus padres no sabían hablar francés y tuvieron que aprender a contrarreloj para adaptarse cuanto antes y poder encontrar trabajo.

«Cuando llegamos, nos enviaron a una escuela en la que estábamos en una clase donde todos éramos extranjeros. Estuvimos durante un año aprendiendo francés. Muchos lo conseguían e inmediatamente se ponían a trabajar con sus padres. Nosotros decidimos seguir con nuestros estudios», recuerda Juan Carlos.

Ambos se han convertido en piezas fundamentales en el CERN. Tal y como relata el hermano mayor, que está a cargo de un equipo de 25 personas. «Desarrollamos todos los prototipos de imanes superconductores para mejorar los aceleradores de partículas existentes. Hago modelos de hasta dos metros longitud. Estamos trabajando incluso para los imanes del futuro, para implementarlos a partir del 2035», afirma Juan Carlos, que está al frente del grupo de imanes del departamento de tecnología.

El centro de física de Ginebra es tan grande que los hermanos no se ven a diario. Apenas coinciden en el trabajo. Y es que Francisco está en el departamento de física experimental. Es el encargado de diseñar y construir los detectores que están en las máquinas. Además, los hermanos viven en sitios diferentes. Francisco reside en la Ginebra suiza y Juan Carlos, en la francesa. Pero fuera del trabajo sí que se ven a menudo. Tantos años trabajando allí les ha llevado a formar una familia. Juan Carlos, el hermano mayor, se ha casado con una ingeniera húngara que también trabaja en el CERN. Tiene tres hijos y uno de ellos ya forma parte, también, de la plantilla del centro.

Para los dos hermanos es un orgullo haber llegado a trabajar en el mayor laboratorio de física de partículas del mundo. «Es muy difícil entrar aquí y quedarse. Somos una referencia para todos los físicos y en muchos campos de lo que es ingeniería punta. Estoy muy orgulloso de trabajar aquí. Por supuesto que jamás nos imaginábamos haber llegado a donde lo hemos hecho», asegura Juan Carlos.

Su trabajo les absorbe. «Yo salgo de mi casa todos los días a las 6.30 y habitualmente estoy hasta las 19.30», asegura Francisco. Pero no todo es trabajo en la vida diaria de los hermanos guardeses. A Juan Carlos le gusta esquiar y bucear y el hermano menor practica triatlón desde hace diez años. Se ha presentado incluso a varias pruebas Iron Man. Están tan habituados a su vida allí que entre ellos ya no hablan gallego ni castellano, sino que se comunican en francés.

Familia. La esposa y uno de los hijos de Juan Carlos también trabajan en el laboratorio de Ginebra

Colaboraciones. Francisco ha tenido incluso que aprender ruso para trabajar en un proyecto con ese país