Los emigrantes en Delémont amplían su radio, con tres centros y un grupo de baile

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

SUIZA

Recuperan la Danza de Arcos, que se suma a otras iniciativas en un pueblo suizo de apenas 12.000 vecinos

22 may 2017 . Actualizado a las 18:14 h.

La relación de la emigración de la Costa da Morte, sobre todo del municipio de Camariñas, con Delémont es de sobra conocida. Viene de lejos: los primeros que llegaron lo hicieron a mediados de los sesenta, estos tiraron por vecinos y familiares en varias oleadas, y así hasta la última, también muy importante, de cinco años hasta ahora. No hay censo oficial, pero los que llevan allí 37 años, como Luis Blanco, presidente de la Asociación de Trabajadores Españoles en Suiza, ATEES) aseguran que de Camariñas hay con facilidad representantes de cien familias, ya sea una persona sola o más. Y de otras localidades, también la cifra es muy alta. Tirando por lo bajo salen más de 500, calcula. Seguramente muchas más. Un fenómeno insólito en esta pequeña localidad de 12.000 habitantes en la que, por ejemplo, las ventanas del mejor hotel fueron llevadas en un taxi de la zona desde una empresa de O Allo, ya cerrada. Y donde hay tres centros-locales hosteleros que mueven a centenares de personas.

Lo curioso es que, fuera de las grandes ciudades (Ginebra, Zúrich, Basilea, Berna en menor grado) este tipo de fenómenos no suelen pasar de ahí, sin ahondar en otras manifestaciones. En Delémont, sí. Ya dieron un paso importante con la creación del equipo de fútbol A Nosa Costa, que lleva el mismo nombre del restaurante patrocinador, de un empresario de Calo que ha organizado celebraciones que arrastraron a multitudes. La última, hace apenas dos semanas, la orquesta Olympus y la Factory.

Ahora, otro paso clave es la práctica de lka Danza de Arcos. El nombre ya lo dice todo. Ya existió hace años, pero el paso del tiempo la hizo decaer. El año pasado, un directivo de la asociación de Porrentruy (centro que cumplía 50 años, de los más veteranos de Suiza) decidió recuperarla, y un grupo de personas, entre ellas Yolanda Lema Mouzo, ensayan desde entonces una vez al mes en la explanada del ATEES y ya han actuado, por ejemplo, en ese centro de Porrentruy, que está a unos 17 kilómetros y muy cerca de la frontera francesa (el responsable es de Bustelo-Dumbría, por cierto).

Volverán a hacerlo dentro de un mes, coincidiendo con San Xoán. El 24 de junio reabre el bar-restaurante Centro Español de Delémont (lo preside Luis Lema, de A Ponte do Porto: coinciden los apellidos, pero no tienen nada que ver) con la propia Yolanda Lema al frente, que conoce bien el mundo de la hostelería (su hermano regenta O Cruceiro, en A Pereiriña), y ese día habrá actuación. También habrá pulpo con profesionales de O Carballiño.

Lema, de 37 años, que lleva 5 en Delémont, explica que en la entidad hay unos 16 integrantes, de 9 a 50 años: para baile. Gaita, tambor y pandereta proceden de Galicia Celta, también de Delémont. Y mucha ilusión por mantener la raíces, con algunas incorporaciones, como ella misma, que no son de Camariñas, aunque es evidente que la Danza de Arcos es una de las principales señas de identidad de Camariñas. Reconoce que la cantidad de población de la comarca en el pueblo es «enorme».

Esta entidad ha aprovechado los arcos con los que bailó, entre otros muchos, el propio Luis Blanco, que siempre ha sido muy activo en la organización de actividades. Lo que más tiempo le ha llevado en los últimos meses desde su puesto de presidente del ATEES es la campaña de información sobre los nuevos requisitos de Hacienda para los emigrantes (intercambio automático de datos fiscales entre países, nuevo baremo para declarar). En su centro se celebró una de las mayores asambleas de emigrantes de Suiza. En las últimas semanas ha reunido 1.500 firmas (también de portugueses e italianos) para entregar en el gobierno cantonal de Delémont, y que a la hora de pagar los atrasos por lo no declarado no se computen los diez años que pide el fisco suizo. Una muestra más del poder de convocatoria de la Costa da Morte en la ciudad.