Vigo lidera la primera comunidad de mujeres tecnológicas de Galicia

e. v. pita VIGO / LA VOZ

RETORNADOS

Oscar Vazquez

Tres emigrantes retornadas del Reino Unido fundan GalsTech para lograr mayor diversidad

17 ene 2018 . Actualizado a las 18:58 h.

Tres emigrantes retornadas del Reino Unido fundaron en julio la primera comunidad de mujeres expertas en tecnología de Galicia, a la que bautizaron GalsTech. En seis meses, las tres organizadoras, Ana Cidre, Verónica Pérez y María Sáez, han agrupado en una red a 56 profesionales de informática, programación y márketing digital para compartir sus inquietudes. Han organizado dos reuniones (las llaman meetups) en Vigo para charlar, asisten juntas a eventos o imparten charlas en colegios. La próxima cita será el viernes en el Cesga de Santiago a las 18.30 horas para planificar sus actividades de este año.

«Nos reunimos una vez al mes para hacer algo de tecnología, dar charlas o ir a colegios e institutos a enseñar programación. Los niños ven natural que hable una mujer, tuvimos talleres e hicimos una versión de la web de GalsTech entre todas. Hicimos una lista de todo lo que nos gustaría aprender, animamos a las mujeres a hablar en público y ser ponentes y estamos en contacto al ir a eventos por si pasa algo o hay algún malentendido», dice Cidre. «Conseguimos visibilizar a la mujer. Queríamos romper esa barrera, normalizar que las chicas también van a las conferencias», afirma Sáez.

GalsTech (juego de palabras entre gals, chicas en inglés, y Galicia, y tecnología) se ha integrado en el metagrupo VigoTech, que suma 16 plataformas que debaten sobre inteligencia artificial o bricolaje de makers. En muchos de esos talleres solo había una chica y ellas quieren averiguar por qué. Las mujeres son el 20 % en oficios y eventos tecnológicos pero se sienten invisibles, lastradas por estereotipos en el empleo o por el paternalismo de colegas.

Verónica Pérez cuenta que al volver de trabajar en el Reino Unido se topó aquí sola en los eventos. «Se hacen más interesantes cuando hay más diversidad. En GalsTech veo mucho dinamismo», añade María Saéz. Lo mismo le pasó a Ana Cidre al volver a Galicia: «En Vigo hay grandes grupos tecnológicos, a las conferencias van 80 o 90 personas pero yo siempre era la única mujer. Pensé: 'Esto no puede ser, tiene que haber mujeres tecnológicas en Galicia'». Al poco, Cidre subió a la Red un formulario para buscar a cien gallegas tecnológicas y en 24 horas recibió 22 respuestas. «Me dije: ‘Tengo que hablar con ellas’ y de ahí surgió la idea de GalsTech. Estamos todas metidas allí para ayudarnos las unas y las otras y para vernos en persona».

A la primera reunión acudieron 12 mujeres y hoy en día son 32. En la plataforma de mensajes Slack suman 56. Quedan para ir juntas a eventos. «Si no fuese por GalsTech no tendríamos con quien ir a una conferencia en Londres», explica Pérez. Tras conocerse, ella y Cidre han iniciado proyectos conjuntos como diseñar una app para encontrar empleo a nivel internacional.

 

VERÓNICA PÉREZ

 Informática en Inglaterra

Nació en A Coruña en 1981, tuvo un ordenador Spectrum y estudió Ingeniería Informática. Trabajó siete años como analista, technical lead y scrum master en Milton Keynes, cerca de Londres. Volvió a Galicia en verano y emprendió un proyecto personal de desarrollo de «software». Vio el tuit de GalsTech y contactó para ver lo que hacían. «Reivindicamos el papel de la mujer. Fuimos minoría en la facultad y en el trabajo. Hay que salir de los estereotipos existentes en la informática», dice.

 

MARÍA SÁEZ

De Vigo a Escocia

Nació en Vigo en 1976, estudió Ingeniería Superior de Industriales y trabajó en la automoción. En el 2000, se formó como gestora de conocimiento en Internet e hizo un máster en Glasgow. Se quedó en Escocia dando soporte informático. «Allí las empresas te forman más», dice. Coordinó las webs de una multinacional en SEO (márketing para buscadores). Regresó en el 2009 por razones familiares y es freelance.

 

ANA CIDRE

 Londres y Bruselas

Ana Cidre, de padre gallego, nació en 1990 en Londres, donde vivió hasta los 14 años. A los 7 tenía ordenador y con 12 construyó uno. Pasó su adolescencia en Lalín, cambió al arte y en Bruselas hizo un Erasmus, un máster de Economía Internacional y trabajó en programación. Retornó a Sanxenxo. Google la nombró Woman Techmaker Lead de Vigo. «Debido a los prejuicios inconscientes que tenemos, puede ser muy difícil trabajar con otra persona tecnológica solo por ser mujer», dice.