La restauradora que triunfa en el cine

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

REINO UNIDO

La pontevedresa Cristina Acuña participó en dos películas de animación que están nominadas al Oscar

27 ene 2017 . Actualizado a las 16:19 h.

Cristina Acuña Solla (Pontevedra, 1976) se convirtió en una trotamundos por motivos laborales. Aunque viajar es también una de sus aficiones, reconoce que lleva muchos años cambiando de ciudad y de país por cuestión de trabajo. Esta mujer que estudió Conservación y Restauración en el Escuela de Pontevedra y que actualmente vive en Londres, ha participado en dos películas de animación que están nominadas a los Oscar 2017. Se trata de Kubo y las dos cuerdas mágicas y Ma via de Courgette (Mi vida de Calabacín).

En Kubo y las dos cuerdas mágicas, del director Travis Knight, trabajó como pintora escénica, pintando decorados y el atrezo. Tuvo que mudarse a Portland, en Estados Unidos, para una estancia de once meses. Su participación en Ma via de Courgette la llevó a Lyon. En la ciudad francesa estuvo siete meses y su aportación a la película del director Claude Barras fue como set dresser (ambientadora). El filme llegará a los cines españoles el próximo marzo y Cristina Acuña lo recomienda a todo tipo de públicos. «La historia es muy bonita», presume.

Dice sentirse muy contenta y orgullosa con esas dos nominaciones. «Todo el esfuerzo se ve recompensado y vale la pena. Es un gran reconocimiento que jamás había pensado. La verdad es que soy una suertuda por poder disfrutar haciendo lo que me gusta», señala. Cristina encadena proyectos casi sin tiempo para descansar. Ahora mismo está haciendo realidad otros de sus sueños. Poder trabajar con un director al que siempre había admirado, el estadounidense Wes Anderson, conocido por trabajos como Fantastic Mr. Fox y más recientemente por El Gran Hotel Budapest. «La película se titula Isle of dogs y trabajo como modelador y set dresser».

La pregunta es inevitable. ¿Y cómo acaba una conservadora restauradora trabajando en el cine? Cristina lo atribuye a una casualidad. Tras ganarse la vida durante nueve años como restauradora, primero en el Museo de Pontevedra y después en empresas y por su cuenta en España y fuera del país (Portugal, Italia y México), dejó el sector. «Quería un cambio y más estabilidad. Por casualidad entré a trabajar en el departamento de arte de la película de stop motion O Apóstolo, del director Fernando Cortizo», explica. Así fue como entró en contacto con esta técnica de animación que consiste en aparentar el movimiento de objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas.

Cambios

Al acabar esa película recaló en Londres, donde aprendió el idioma y estuvo un tiempo trabajando también como restauradora. De momento sigue en la capital del Reino Unido, aunque le gustaría regresar a España y a Galicia. «Lo que hago me gusta, si no no aguantaría tantos cambios seguidos. Pero una no se acostumbra a lo de empezar de nuevo. Lo bueno es que al final tienes tu pequeña familia que va repitiendo contigo en las películas».

Otra de sus últimas colaboraciones fue en la serie El final del camino. Cristina formó parte del equipo de arte de la serie coproducida por Voz Audiovisual y que actualmente está en emisión. Y antes trabajó una temporada en el programa de televisión Land Rober.

Aunque tanto su trabajo como restauradora como el de set dresser en el cine de animación le gustan especialmente, admite que le encantaría poder trabajar en España. «Me encantó volver a trabajar en Galicia después de tanto años en El final del camino, y tengo ganas de que me llamen más de España. Me gustaría volver y poder trabajar, aunque no fuera en películas de stop motion. Tengo mis proyectos propios, que espero que pronto se hagan realidad», deja caer.

Cristina, que es natural del lugar de A Ermida en la parroquia de Marcón, también tiene el séptimo arte entre sus hobbies. Viajar, leer, ir al cine y al teatro, caminar, no hacer nada y la playa están en su lista de aficiones.