«A investigación require moito esforzo e dedicación, e non sempre se entende»

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

EUROPA

CIQUS

La carballesa, doctora en química que investigará en Francia en los dos próximos años, fue distinguida en los premios de investigación Ernesto Viéitez

03 feb 2017 . Actualizado a las 12:15 h.

La química Jéssica Rodríguez Villar (Carballo, 27 años) lleva menos de una semana en Toulouse, Francia, su nuevo destino científico para los próximos dos años como parte de su trabajo posdoctoral en su universidad. Es uno de los nuevos y muchos talentos de la zona que tiene que salir fuera, aunque en esta fase aún se entiende como formativa. Y eso que ya es doctora. La leyó en noviembre en la Facultade de Química, con el título Derivados peptídicos sintéticos para la unión selectiva del ADN, orientada al desarrollo de péptidos (moléculas fruto de la unión de aminoácidos) capaces de reconocer ADN de manera selectiva. Fue desarrollada fundamentalmente en el Centro Singular de Investigación en Química Biológica y Materiales Moleculares (CiQUS), que forma parte de la Red de Centros Singulares de Investigación del Campus de Excelencia Internacional?Campus Vida, y centra sus objetivos científicos en la aplicación de estrategias transdisciplinares para la resolución de problemas científicamente relevantes en el ámbito de la química biológica y en desarrollo de nuevos materiales funcionales. Un centro de élite en la ciencia gallega. Su tesis estuvo supervisada por los profesores José Luis Mascareñas y Eugenio Vázquez Sentís.

Además de este paso crucial en la carrera de todo investigador, Jéssica logró una mención de honor en los premios de investigación Ernesto Viéitez, de la Real Academia Galega das Ciencias. La entrega fue el pasado 18 de enero, pocos días antes de marcharse a Francia. El trabajo reconocido está en relación con algunos de los que elaboró para la tesis, en la que aborda un parte muy concreta del ADN, con aplicaciones médico-clínicas. Califica esa mención de la Academia de «un orgullo», además de un estímulo para seguir investigando.

A Jéssica, el amor -o la vocación- por la química- le llegó en instituto Alfredo Brañas de Carballo. Si hay que poner nombres, el principal culpable es el profesor José María de la Viña, que se jubiló el curso pasado. Y no es la única alumna que ha pasado por sus clases a la que le ocurrió esto (también los hay de Física). Comenzó a disfrutar con los conocimientos, las Feiras das Ciencias. En la carrera, pensaba más en la docencia, pero la investigación acabó su principal objetivo, en el laboratorio, y es lo que le gusta: «Se me podo dedicar á investigación, fareino, e descarto a docencia, e se non, pois intentarei as clases, depende de como vaia todo». En los mundos actuales, no es sencillo: «É complexo. Eu tiven a sorte de estar nun grupo moi bo, coñecido internacionalmente». En el CiQUS ha pasado unos años muy intensos, instructivos y fructíferos. Tal vez regrese cuando acabe en Francia. O a Galicia, en todo caso. «A miña prioridade é investigar aquí», dice. También pasa por que se creen plazas, por que se pueda optar a becas específicas como las Juan de la Cierva o las Ramón y Cajal. Tiene claro que la ciencia es lo suyo. Cree que no se valora «todo o que se debería de valorar a nivel social». Añade: «A investigación en sí require moitísimo esforzo e dedicación, e creo que non sempre se entende». Que hay quien todavía tiene una visión muy estereotipada de batas blancas y pocos más. «Aquí botámoslle moitas horas, e para que algo saia ben fai falta moito esforzo», explica.

Ya fuera de España, dejar a familia y amigos no es fácil. «No momento de marchar custa un pouco, pero no grupo de investigación xa te van mentalizando de que hai que facelo, e eu estaba moi mentalizada, así que é menos duro».

Cree que el trabajo académico no se valora todo lo que se debería de hacer a nivel social