«Chorei moito, estou en shock»

maría cedrón LA VOZ EN EE.UU.

ESTADOS UNIDOS

Paula Torreiro
Paula Torreiro

La gallega Paula Torreiro, profesora en la universidad de los Apalaches, veía que Trump tenía opciones, pero confiaba en que otros estados no le apoyaran

10 nov 2016 . Actualizado a las 11:49 h.

«Onte chorei moito antes de ir durmir. Sabía que Donald Trump tiña posibilidades, pero pensaba que era porque o vía dende a perspectiva de vivir aquí, en Carolina do Norte, que é un estado sumamente republicano. Tiña esperanza nos outros estados. Non pensaba que lle foran votar». Paula Torreiro Pazo es gallega, de A Coruña, pero hace dos años y medio que vive en Boone, una población del condado de Watauga que tiene 13.843 habitantes a la que prestó el nombre el explorador Daniel Boone. Ella sabía que Trump tenía muchas opciones de ganar. El martes mismo, justo junto al colegio electoral instalado en el ayuntamiento de su ciudad, un grupo de personas enarbolaban pancartas de apoyo al magnate. Y por las carreteras de la zona no dejaban de circular coches con pegatinas de Support Trump. Nada que no desentonara con los carteles de apoyo plantados frente a las casas.

Sabía que el baile de candidatos de los últimos días de campaña para tratar de seducir y empujar hacia el lado demócrata a un estado llave poco tenía que hacer. Bastaba con recorrer los pueblos del interior. Pero esta profesora de español en la Universidad de los Apalaches realmente no esperaba que ese respaldo fuera tan radical en estados como Ohio o Míchigan, donde el voto del desencanto que parece haber dado la victoria al magnate en esas zonas que formaron el gran cinturón industrial de Norteamérica no se exteriorizaba tanto como en el sur.

Por eso ayer se declaró «en shock». «Estou na casa aínda e xúroche que non quero saír», comentaba a través del teléfono a primera hora de la mañana. Paula tiene permiso de trabajo como profesora , pero tiene amigos que están ilegales en Estados Unidos. El resultado, como dice, «aféctame moito porque qué vai pasar agora con eles».

Sus clases empezaban ayer a las diez. Tenía examen, pero en el campus había poca gente. La facultad era una isla azul en medio del rojo Trump. «Poida que hoxe non veña moita xente. A que anda por aquí ten caras tristes non che digo máis que algúns estudantes puxéronse a chorar na clase», cuenta. Lo que ha ocurrido, dice, «é que gañaron os ricos sen escrúpulos e os pobres brancos sen educación e sen nada que perder».

Tristeza a ambos lados

La comunidad gallega había apostado de forma decidida por la victoria de Hillary Clinton, por lo que el éxito de Trump los pilló con el pie cambiado. «Yo ya dije que prefería a la demócrata, pero no creo que cambie mucho mi vida con este resultado», explicaba Victorio Blanco, un comercial de 67 años residente en Nueva York.

A este lado del Atlántico, una veintena de estudiantes estadounidenses siguieron con desazón el escrutinio desde una casa de A Coruña. Cate Hershey (Maryland, 19 años) no podía contener las lágrimas mientras daba su visión de la contienda electoral en su país en RadioVoz. «El resultado no se lo esperaba nadie. No entiendo cómo ha podido pasar esto en mí país», relataba a Pablo Portabales.