Galicia se resiente de la estafa del 1-O

Sofía Vázquez
sofía vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA EMIGRACIÓN

Empresarios gallegos con intereses en Cataluña esperan que imperen el sentido común y la cordura en un conflicto político que «ha sido desatado por unos pocos en contra de muchos»

02 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los efectos del referendo ilegal en la economía son, cuando menos, perversos. Nadie quiere ser señalado y, en muchos casos, la autocensura se impone. La mayoría de los empresarios gallegos con intereses en Cataluña consultados por este periódico están en alerta sobre lo que ocurrirá en el futuro y mantienen un tono conciliador. Otros empresarios optaron por el anonimato -no fueron pocos- al sentirse, según explican, «atados» por los negocios. Sin embargo, quienes temen represalias económicas saltan como un resorte cuando abordan el tema porque consideran que este grave conflicto ha sido «unos pocos contra muchos, y ha sido alimentado de manera artificial por los radicales». Creen que lo importante es saber qué ocurrirá a partir de hoy, aunque la independencia no tendrá lugar porque «las cosas absurdas no ocurren. En pocos años el mundo se dividirá en regiones: EE. UU., Asia, Europa... y no se hablará de Uruguay, Paraguay, Cataluña o Valencia». 

Años de terapia

José Manuel Chousa, presidente de Ingapan. La fisura social que se ha abierto en Cataluña es preocupante para José Manuel Chousa, presidente del grupo Ingapan, con fuertes intereses en la comunidad catalana (este verano la compañía lucense cerró la venta del 60 % de Ingapan a Europastry, con sede en San Cugat del Vallés). Advierte que se ha abierto una herida que «será difícil de curar», y para ello se necesitarán «años de terapia». Chousa no tiene ninguna duda de que esta situación afectará a la economía, y confiesa que no sabe «qué decisiones adoptará el Gobierno central después del 1-O. El problema es cómo seguirán las dos posiciones enfrentadas». «Nosotros trabajaremos como hasta la fecha, igual que la mayoría de los empresarios que conozco. Si cambia el escenario, cada uno tendrá que tomar los contingentes que considere y se adaptará a los nuevos tiempos. Pero me parece impensable», mantiene uno de los primeros empresarios de la provincia de Lugo, que confiesa estar «desconcertado con todo lo que pueda ocurrir». 

Necesidad de Cordura

Enrique Mallón, secretario general de Asime. Sin contemplaciones, el portavoz de los industriales metalúrgicos de Galicia (agrupa a más de 700 compañías) advierte que el proceso de independencia de Cataluña está sin duda afectando a los intereses comerciales de Galicia y del resto de España en esa comunidad, sobre todo debido al clima de incertidumbre que se crea. «No podemos cuantificar cuál es el perjuicio económico actual ni cuál puede ser el en los próximos meses, pero desde luego sí podemos asegurar que las relaciones comerciales actuales perderían parte de su agilidad o fluidez y perjudicarían mutuamente a Cataluña y Galicia», explica Mallón. 

Advierte que dentro del sector metalúrgico gallego estarían especialmente afectadas las áreas de automoción, metalmecánica y transporte, también las actividades de construcciones y estructuras metálicas. Aunque no hay un número elevado de empresas gallegas con sede en Cataluña, sí existen relaciones comerciales intensas y probablemente se complicaría este tráfico comercial, vinculado también en muchas ocasiones con la Unión Europea. «A nivel de confianza internacional también nos perjudica este proceso, pero desde Asime creemos que finalmente imperará la cordura, la unidad del Estado español, y podremos seguir consolidando e incluso incrementando el tráfico comercial habitual entre el sector metalúrgico gallego y los sectores industriales catalanes». 

Somos personas

Dora Casal, directora de «retail» y márketing de Adolfo Domínguez. La directiva vuelve a utilizar la palabra preocupación porque en Cataluña tienen 27 tiendas «y, concretamente en Barcelona, una de las más importantes de España, en el paseo de Gracia, zona cero de las movilizaciones». «La relación de Adolfo Domínguez con Cataluña es larga e intensa, y la situación nos está afectando a las ventas, por las movilizaciones y porque la gente está preocupada», prosigue. Desde la compañía de Ourense se apuesta por un «desenlace feliz». «En esta empresa siempre hemos pensado que seguimos siendo personas que se juntan y que conviven, que conforman una sociedad o una ciudad o un país para buscar lo mejor para la comunidad». 

La compañía, que quiere sentirse «optimista» en la búsqueda de una solución al enfrentamiento, mantiene los planes de inversión, entre los que se encuentra la modernización de la principal tienda que tiene en Barcelona. 

La distorsión política

Manuel Añón, presidente del grupo Hierros Añón. Al ser abordado sobre este tema, el primer ejecutivo de un conglomerado con presencia internacional y con unos activos consolidados que superan los 300 millones de euros, contesta: «No soy político ni me gusta la política, pero estoy muy preocupado. Al final, supongo que seguiremos como estamos. Sin embargo, este asunto genera mucha preocupación en todo el mundo que conozco». 

En busca del voto

Rafael Pérez, director general de Selmark. «Estoy deseando que se resuelva este asunto porque nos resta tiempo de las cosas verdaderamente importantes», argumenta el directivo de una de las primeras compañías de su sector de España. Considerando que Cataluña es una comunidad autónoma importante -«y hay que tratarla con la importancia que tiene»- Rafael Pérez advierte que habría tenido que haber más empatía» y evitar «dejarnos llevar por la calentura». A su juicio, habría que haber trabajado el problema catalán de una manera flexible, pero no se hizo así porque «desde el punto de vista político se miró más al corto que al largo plazo, y más hacia la búsqueda de unos resultados electorales que por la construcción del país. Cree que los dirigentes catalanes se encuentran, en estos momentos, «en una huida hacia adelante».

Mil millones, el coste para los gallegos de una eventual secesión de Cataluña

El catedrático Santiago Lago cifra en el entorno de los mil millones de euros el coste que para Galicia tendría la hipotética independencia de Cataluña. ¿Y qué ganaría la comunidad catalana? No se sabe, porque «todos los análisis se hacen bajo el supuesto que a su economía no le pase nada, y lo más probable es que se sumergiese en una recesión gravísima durante años».

En el actual modelo de financiación, Lago destaca que las dos comunidades más beneficiadas son el País Vasco y Navarra, y las dos más perjudicadas Valencia y Murcia. «Madrid y Barcelona están en un punto intermedio, «aportan lo normal de un territorio rico en un país europeo». 

A por el cupo vasco

Santiago Lago y Xoaquín Álvarez Leiceaga presentaron hace dos años en el Foro Económico de Galicia un estudio en el que señalaban que, si con Cataluña se pactase un modelo similar al del cupo vasco, Galicia perdería en torno a los 700 millones de euros.

Los dos expertos iban más allá y advertían que si el cupo vasco se generalizase a Madrid y Baleares -dos de las comunidades que más aportan- el déficit para los gallegos alcanzaría los 1.00 millones de euros. El representante de Galicia en el comité de expertos para la reforma del sistema de financiación autonómica considera que la recuperación va a ayudar a normalizar el grado de tensión electoral.

Entre enero y agosto de este año salieron de Cataluña 528 sociedades, de las que 11 eligieron como destino Galicia. A territorio catalán cambiaron su domicilio desde otras comunidades 426. El saldo, por lo tanto, es negativo en 102 compañías, y lo es por segundo año consecutivo. En el 2016, Cataluña tuvo una pérdida neta de empresas de 243.