«Portugal es ahora un ejemplo mundial para las empresas emergentes»

Begoña Iñiguez LISBOA / CORRESPONSAL

INTERNACIONALIZACIÓN

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Empresarios gallegos en Lisboa resaltan el esfuerzo social para salir del rescate y la actual facilidad para invertir

23 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El economista Miguel Seco (Santiso, A Coruña, 1960) y el ingeniero José Aser (Lisboa, 1937, con raíces en A Cañiza, Ourense) conocen muy bien la realidad económica y social portuguesa de las últimas décadas, con sus constante altibajos. Seco ha estado en la jefatura del área ibérica del Banco Millennium BCP entre 1998 y el 2007, y es vocal de la Cámara de Comercio e Industria Luso-Española. Aser es presidente de Aegap, la Asociación de Empresarios Gallegos en Portugal. Uno frente a otro, confiesan su admiración «por la capacidad de sacrificio de los portugueses durante el rescate» y su maestría «para promover todo lo que sea portugués».

«El éxito se debe al esfuerzo de su gente, a su visión internacional y su diplomacia» Ambos han presidido el Centro Gallego de Lisboa, y son una referencia para cualquier gallego que llega a la ciudad. Un buen termómetro para medir con objetividad la evolución de Portugal, las causas de su repentino éxito y reconocimiento internacional, y lo que aún queda por hacer. «Es una pena que no se diversifique más el despegue de este país, y se centre solo en algunos sectores, como el turismo y las exportaciones, y que haya menos inversiones gallegas», dice Aser. Seco añade: «Si hay una cosa que admiro de los portugueses es su patriotismo, su diplomacia y su éxito en la organización de eventos».

Miguel Seco y José Aser se ven cara a cara en la terraza de un centro comercial de capital español en Lisboa. Hay muchas coincidencias en su charla. Cuando se les pregunta cómo está Portugal este 2018, responden casi al unísono: «Mucho mejor que hace quince años, su evolución ha sido espectacular». Pero con matices. José Aser considera que, «a pesar de los excelentes datos económicos, la subida de las exportaciones y su despegue turístico, no se ha cuidado a las grandes empresas propias, y se han vendido buques insignia, como la aerolínea TAP o la firma de energía EDP, a inversores brasileños, chinos y angoleños, que lo están comprando todo», dice.

«El problema es que este país ha vendido sus grandes empresas a angoleños y chinos» Miguel Seco es más optimista: «No todo es turismo y exportaciones. Nos la están dando con queso a los españoles y al resto de Europa con las start-up». Y lo explica: «No es casualidad que se haya escogido Lisboa para la Web Summit. Es el mayor escaparate mundial de la economía digital y de las start-up. Este es un país pequeño y centralizado que sabe organizar como nadie los grandes eventos, ha creado unas eficientes incubadoras y polos para las nuevas empresas emergentes, es un ejemplo para el resto del mundo».

La receta

Y ¿cómo se ha logrado el triunfo externo de Portugal y de su imagen, tras un rescate tan duro como el que se vivió? El presidente de los empresarios gallegos en Portugal señala estos factores: «Lo han logrado la clase media, los empresarios, con su esfuerzo descomunal y su sacrificio». A lo que el economista de Santiso añade «las medidas duras de ajuste del anterior Gobierno conservador», el de Passos Coelho, que «consiguieron sanear la economía, que la troika saliera del país y prepararlo para la buena gestión del actual ministro de Finanzas, Mario Centeno».

Ambos coinciden en el papel decisivo de la diplomacia económica en el éxito. «Los portugueses son únicos para venderse, promocionarse y posicionarse internacionalmente», dice Aser. A lo que Seco añade que la diplomacia portuguesa «ha creado escuela y ha triunfado con la elección de Guterres como secretario general de la ONU y Centeno, presidente del Eurogrupo».

Hay otros dos factores, apuntan: su facilidad para hablar otras lenguas y sus modales. El empresario añade: «Al ser este un país pequeño y seguro, no hay recelos para que un portugués presida un importante organismo internacional».

Negocios a los dos lados

Hasta hace un lustro, la mayor parte de los gestores expatriados de los grandes grupos españoles eran gallegos «por su afinidad lingüística y la manera de ser de los portugueses», comenta Seco. «Pero ahora casi todos son portugueses». «Nosotros nos hemos encargado de formarlos, han aprendido y las compañías prefieren tener a personas del país en su sede en Portugal», añaden.

¿Y se ha reducido el número de gallegos en Portugal? «Ahora solo estamos censados en los consulados de Lisboa y Oporto unos 15.000», responde Aser. «La manera de hacer negocios ha cambiado, lo veo entre los socios de Aegap: ahora no es preciso instalarse en Portugal, tardas poco tiempo en llegar de A Coruña o Vigo a Lisboa, y se puede hacer negocios a ambos lados, y sin muchas trabas burocráticas».