Los directivos gallegos se cotizan fuera

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

INTERNACIONALIZACIÓN

De izquierda a derecha, Pablo Ferreira, David Martínez y Juan Martín
De izquierda a derecha, Pablo Ferreira, David Martínez y Juan Martín

Un asociación de ejecutivos de Galicia impulsa una red para estrechar lazos con sus compañeros en el extranjero

22 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay un valioso talento gallego repartido por todo el mundo. Son ejecutivos de empresas internacionalizadas, en muchos casos de perfiles desconocidos, que no se prodigan en los medios. Y más de un centenar se congregaron ayer en Santiago para poner a andar un nuevo proyecto. Se trata de una red que conecte a los directivos que están en Galicia con los que se encuentran fuera. La iniciativa lleva por nombre Galicia Global y está diseñada por la Asociación Española de Directivos (AED) en Galicia. «Queremos apoyar a los que se encuentran fuera, contribuir al desarrollo de ejecutivos y empresas de la comunidad en un entorno global y, sobre todo, impulsar el talento internacional de los jóvenes gallegos», subrayó ayer el presidente del consejo de la AED en Galicia, Manuel Fernández Pellicer.

Muchos asuntos había sobre la mesa, algunos recurrentes y siempre presentes en cualquier foro de dirección: la actitud emprendedora, la perseverancia, la autonomía personal... Pero en el extranjero, para desarrollar una carrera profesional, son determinantes dos variables que se dan por supuestas, y que no siempre se cuidan: la competencia lingüística y la adaptación a la cultura local. Algo, estos último, que puede resultar complejo en lugares como Latinoamérica, Asia o África.

Juan Martín, ingeniero de minas, trabaja en Namibia y es directivo del Grupo Puentes, una empresa puntera en ingeniería y obra civil. «Llegué hace tres años, y desde allí llevamos toda África», explica este joven directivo, quien recalca que en los países foráneos les gusta ver a los empleados de fuera como alguien que se asienta, que va con la familia, y no como un paracaídas, una persona de paso. ¿Y por qué las empresas optan por llevarse a sus directivos y no por fichar allí a personal? «En algunos lugares -apunta- la respuesta está en la formación; de hecho allí tenemos ingenieros y los estamos formando».

La experiencia de los directivos gallegos en el extranjero dice que para la empresa gallega que se internacionaliza es importante contar con un socio local. Pablo Ferreira es el director financiero de la empresa que tiene el Grupo Nueva Pescanova en Nicaragua: «El proceso de adaptación en un lugar como ese, mucho menos desarrollado que países de Europa o que Estados Unidos, es bastante complicado: el principal problema que te encuentras es la baja formación de los colaboradores, porque la educación allí es mucho más básica; encontrar profesionales para el día a día es complicado». A su entender, la clave es tener paciencia, ir poco a poco, e ir formando personal para cumplir con las expectativas.

En el debate protagonizado por los asistentes al foro, Esther Diz, directiva de Cova Solutions (Estados Unidos), recomendó que los directivos españoles «refuercen algunas de las competencias clave, como las lingüísticas» y tengan capacidad de «reinventarse permanentemente y ser capaces de, si es necesario, crear su propio puesto de trabajo».

La creación o aprovechamiento de redes de contactos y el desarrollo de la empatía son otros de las factores de éxito para los directivos que se encuentran en el exterior. «Compramos y vendemos a alguien en quien confiamos, por lo que hay que apelar a las historias que nos pueden permitir acercarnos, eliminar barreras y crear una cohesión real e inteligente», precisó Adolfo Fernández, director de desarrollo de negocio de Google para España y Portugal, con sede en Irlanda. K-Lagan es una consultora de ingeniería con sede en Barcelona, y al frente del Reino Unido está otro gallego, David Martínez, quien cree que en el extranjero se valora la cualificación de los gallegos: «No hay que tener miedo a salir al exterior: hay que atreverse a dar el paso, siempre con cabeza».