Las aeronáuticas gallegas dan el salto a China para fabricar aviones de Airbus

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONALIZACIÓN

CHINA STRINGER NETWORK | Reuters

Coasa y Delta Vigo producen, equipan y forman en las plantas de Harbin y Tianjin. China prevé poner en circulación 1.500 nuevos aviones comerciales de aquí al 2020

22 oct 2017 . Actualizado a las 16:00 h.

El tráfico mundial de desplazamientos en avión crecerá en los próximos 20 años al ritmo de un 5 % anual. Esa es la previsión con la trabajan los dos mayores constructores, volcados en la renovación de su flota comercial. Y el mercado que más crece se encuentra en el continente asiático, que acapara el 33 % de las 16.104 órdenes de construcción de aviones de pasaje de Airbus, en sus cuatro grandes familias (A320, A330, A350XWB y A380), con datos a octubre del 2017. A esta cartera hay que sumar otras 1.500 aviones que el Gobierno chino prevé poner en circulación de aquí al 2020.

Así que no es de extrañar que el consorcio aeronáutico europeo haya optado por trasladar parte de su producción al país asiático, y que haya contado para ello con las dos grandes empresas aeronáuticas con sede en Galicia: Delta Vigo y Coasa, filial de Aernnova, con sede en Ourense.

A finales de septiembre, Airbus inauguró una planta de finalización y entrega del modelo A330, localizado Tianjin, una factoría que se une a los centros ya existentes en las ciudades de Pekín, Tianjin y Harbin.

En el noreste de China, muy cerca de la frontera con Rusia, el constructor europeo de aviones levantó esta nueva planta para la producción de componentes en un intento de crear una réplica de la que el grupo tiene en Illescas (Toledo), en donde la viguesa Delta tiene una de sus cuatro fábricas. 

Gallegos enseñando a chinos

«Esto explica que la participación española y gallega está presente en cada una de las naves que integran el centro de Tianjin, desde los procesos de producción, los controles de calidad o el diseño», explican desde Airbus España.

Empresas como MTorres, Fagor, Serra o Zabala, junto a la gallega Delta Vigo suministran una parte importante de los instrumentos de trabajo que permiten la conformación de piezas de avión. Además, estas empresas han desplazado equipos para formar a los trabajadores locales. «Llegaron a ser casi 30 españoles en el staff pero, a medida que los ingenieros chinos han sido capaces de desarrollar su trabajo de manera autónoma los primeros se van retirando», afirma el constructor europeo.

Estas nuevas instalaciones, que estarán preparadas para entregar dos aeronaves al mes a partir de 2019, se encuentran junto a la factoría de ensamblaje de aparatos de pasillo único (modelos A319 y A320) en Tianjin, que empezó a funcionar en el 2008.

Además, el consorcio Airbus opera con socios estatales chinos una planta de piezas y componentes en la ciudad septentrional de Harbin, en donde trabajan 700 operarios.

Por su parte, el denominado Harbin Composite Manufacturing Center (HMC) adjudicó a la planta ourensana de Coasa la fabricación de piezas para los elevadores del modelo Airbus A350 XWB. Una veintena de ingenieros españoles, incluido personal de Coasa lideró la formación del personal de Harbin, que ronda los 700 empleados, a los que han transmitido, por ejemplo, los últimos avances en fibra de carbono.

Dice Airbus que, con estas dos instalaciones, se afianza su posición en China, en donde aterrizó hace treinta años. Ya controla el 52 % del mercado, frente a su principal rival, la estadounidense Boeing. Un dato lo demuestra: de los 3.000 aviones que hay actualmente en servicio en este país, 1.484 son de Airbus. Y para esta apuesta del consorcio europeo, ha contado desde el minuto uno con el pequeño pero pujante sector gallego.

Airbus dice que su apuesta por el sector «evidencia el peso de la industria española en la aeronáutica en el mundo, en concreto en un mercado clave como el chino, en donde el Gobierno pretende aumentar el número de aeronaves de los 3.000 actuales a 4.500 en 2020, cuando está previsto que el tráfico aéreo alcance los 720 millones de pasajeros», asegura el fabricante. 

Gran mercado civil

El negocio civil es el gran motor de la industria en España, en donde Airbus Group tiene una amplia red de suministradores de componentes (2.255 en el año 2015), a los que contrató un volumen de actividad por valor de 1.700 millones de euros.

El consorcio aeronáutico europeo es el pulmón del sector en Galicia, y su cartera de pedidos tiene impacto directo en las dos grandes aeronáuticas gallegas. Esa visión de futuro es lo que va a permitir a Delta Vigo cumplir con antelación el plan estratégico que habían diseñado hasta el 2020. También en lo que a facturación se refiere. La previsión era alcanzar ese año los 65 millones de facturación, pero al ritmo que van los alcanzarán en el 2019. El crecimiento es sustancial, ya que en el 2016 la cifra de negocio fue de 25 millones.

Coasa (Componentes Aeronáuticos SA, junto a la antigua Gamesa) es una de las principales filiales del grupo Aernnova tiene una plantilla de 357 empleados. Trabaja para prácticamente todas las familias de modelos comerciales de Airbus y facturá alrededor de los 45 millones de euros. Sus principales empresas auxiliares gallegas son Utingal (en Tui) y Laddes Work, en Ourense.

Italia y Francia se asocian para un consorcio naval, como Airbus, que cuenta con España

Los gobiernos de Francia e Italia han alcanzado un acuerdo para «allanar el camino a la creación de una progresiva alianza en el sector de la defensa naval».

El primer paso está dado con el pacto firmado entre los astillero Naval Group (Francia) y Fincantieri (Italia), ambos de propiedad principalmente pública.

El documento, firmado el pasado 28 de septiembre, ambas empresas concretan que «los dos grupos desempeñarán un papel clave en el comité directivo que tiene como misión definir antes de junio del 2018 una hoja de ruta detallada de los principios de la futura alianza».

El acuerdo contempla la entrada de ambos socios, Naval Group y Fincantieri, en la estructura accionarial de STX France, de origen surcoreano, con sede en Saint Nazaire, y uno de los mayores constructores navales de Europa con el ambicioso proyecto de trabajar en la construcción de modernos sistemas de defensa naval. Eso incluye un plan para desarrollar próximamente «airbuses del mar» civiles y militares, para luego participar en grandes subastas internacionales. 

Giuseppe Bono, director general del astillero Fincantieri, es el primero en alentar la creación de lo que él ha denominado un Airbus naval en Europa, o dicho de otro modo, un consorcio de astilleros que sea capaz de mejorar la competitividad de este sector de la industria del viejo continente, frente al resto del mundo, de manera muy especial frente a la pujanza asiática. 

La mira en Navantia

La capacidad tecnológica y de producción que alcanzaría este gigante sería compatible con unos costes más competitivos, que darían fuelle a la debilitada industria naval europea, según los promotores del consorcio.

Desde un primer momento, Bono ha defendido un acuerdo más ambicioso que el materializado por Italia y Francia, para el que, en más de una ocasión, ha apelado a la alianza con los otros cuatro grandes astilleros europeos con capacidad de construcción militar. Se trata de BAE Systems (Reino Unido), Thyssenkrupp Marine Systems (Alemania), Damen Shipyards (Holanda) y la compañía estatal española Navantia, que cuenta en la ría de Ferrol con su principal centro de construcción.

La entrada de cualquier posible nuevo socio se produciría en una segunda fase de esta nueva alianza, según el plan esbozado por el CEO de Fincantieri.