Las empresas desplazadas a México comienzan a traducir el viaje en negocio

Nueve fueron los empresarios pontevedreses que cargaron sus bártulos a principios de esta semana y se vinieron a México de la mano del Concello. Lo de cargar los bártulos es literal en algunos casos, porque, por ejemplo, el responsable de las zapaterías Crack se trajo consigo una enorme maleta con muestras de su calzado y la cabeza visible de Ya te comeré llegó a la capital del país norteamericano con una caja llena de sus croquetas, por mucho que tuviese que lidiar con la aduana para que las dejasen pasar. Venían ellos con ilusión, pero también con el interrogante de cómo les irían las cosas en una ciudad inmensa y llena de contrastes. Ayer, aunque solo llevaban una jornada entera de trabajo y otra que acababa de empezar, las sensaciones eran buenas. Lo que más destacaban era el papel de mamá gallina que está ejerciendo tanto el Concello pontevedrés como las autoridades mexicanas con ellos, defendiéndolos cual polluelos para que se abran camino en el mercado mexicano. De esta forma, se intenta facilitarles reuniones con responsables políticos y técnicos de Economía, Educación o los más variopintos departamentos.

De gastronomía a construcción

Tratándose de nueve empresas muy distintas, desde el sector gastronómico al de la construcción pasando por las aplicaciones informáticas, las pretensiones son también diferentes. Pero, quizás, las palabras de Iago Barbeito, de Setga, resuman bien cómo está yendo el viaje para los empresarios pontevedreses: «Es una oportunidad muy grande venir acompañados de una institución y en contacto con las autoridades mexicanas, no es es como ir tú solo a un país y abrirte paso en él».

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