La misión comercial e institucional pontevedresa en el país de América del Norte arranca a lo grande
24 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Quizás se podría huir de la frase hecha y contarlo de otra manera. Pero hay una expresión gallega que define a la perfección lo que pasó con la recién estrenada misión comercial y turística del Concello de Pontevedra en México. Fue «chegar e encher». Basta una cronología de los hechos para darse cuenta: el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, acompañado por un grupo de empresarios ?viajan con el mandatario responsables de Covsa, Eirado da Leña, Grupo Iñaki Bretal, Galventus, Krack, Matriuska, Setga, Tok App, O Graneiro de Amelia, Yatecomeré y la Mancomunidade do Salnés? aterrizó en Ciudad de México a las cinco de madrugada. Cinco horas después cortaba la cinta inaugural de una feria llamada Expo Pymes en la que exponen sus productos 300 empresas tanto mexicanas como de otros países. Fernández Lores hizo los honores de la inauguración al lado de un nutrido número de autoridades mexicanas, entre ellas su tocayo Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno de la Ciudad de México.
Antes de desembarcar en la feria, empresarios pontevedreses y alcaldes sabían que Pontevedra tendría un stand en el recinto y que el mandatario iba a poder pronunciar unas palabras. Pero nadie se esperaba que la caseta con el nombre de Pontevedra fuese prácticamente la más vistosa, que el propio gobernador la visitase y que el alcalde pontevedrés pronunciase un breve discurso, en el que defendió el modelo peatonal, ante un auditorio abarrotado de público. Tal fue el lugar de honor que los mexicanos concedieron a Fernández Lores que los medios de comunicación del país hacían cola para entrevistarle. Escuchó al alcalde, por ejemplo, un redactor de Reforma, el periódico con más tirada de la capital. Igualmente, fueron tantas las ocasiones en las que por la megafonía, en un abarrotado recinto ferial, se repitieron las palabras «ciudad de Pontevedra» ?por cierto, les cuesta lo suyo a los mexicanos pronunciar el nombre de la urbe del Lérez? que, seguramente, a estas horas habrá un buen número de personas preguntándose dónde está ese sitio al que las autoridades mexicanas elogian de tal manera. El acto, aunque concurrido y protocolario a más no poder, tuvo campechanía. La puso, por ejemplo, Tino Lores, que está en México defendiendo el papel del Camino de Santiago y representando a la Mancomunidade do Salnés. Con su elegancia natural, su sombrero y su sonrisa, no perdió la oportunidad de regalarle al gobernador mexicano una camiseta de Amigos del Camino Portugués.
Pero lo mejor no fue lo ocurrido ayer. Lo mejor es lo que está por venir. Porque quedan nueve días de misión comercial en México y en el stand del Concello de Pontevedra, una caseta con una foto gigante de la plaza de A Leña y otra de una visita de la ciudad y el río Lérez, los empresarios empezaban ayer a mantener reuniones. Unos buscan abrir mercado. Otros topar proveedores en México que les eviten intermediarios. Y otros más simplemente «ver como está la cosa aquí». Seguramente, a todos les gustó lo que dijo el gobernador sobre la presencia de Pontevedra y sus empresas: «Es fundamental para poder establecer relaciones y lazos comerciales», sentenció.