Un gallego en la cima de la Premier

Iván Antelo A CORUÑA

DEPORTISTAS

Juan Solla
Juan Solla Alan Cozzi

El redondelano Juan Solla es el preparador físico y entrenador asistente de Javi Gracia en el Watford, colíder de la liga inglesa, sin apenas gasto de fichajes

04 sep 2018 . Actualizado a las 10:57 h.

La Premier League ha superado esta temporada los 1.422 millones de euros en gasto de fichajes. Solo dos equipos han tenido un balance de compraventas positivo y uno de ellos es precisamente el equipo revelación en el arranque del campeonato. Es el Watford, conjunto que entrena Javi Gracia, y que colidera la competición después de ganar los cuatro partidos de Liga disputados.

La mano derecha de Javi Gracia es un gallego: Juan José Solla Aguiar (Redondela, 1975). Un hombre que ha pasado por las catacumbas del fútbol hasta que encontró su oportunidad en el balompié profesional. Lo suyo es un ejemplo para todas aquellas personas que trabajan en las categorías más modestas y que sueñan con llegar algún día a lo más alto. «Hay que prepararse, no hay que tirar la toalla nunca. Yo, por ejemplo, había acabado la carrera y me seguí formando en la universidad. A través de un grupo de investigación, Luis Casais me llevó al Pontevedra y comencé a trabajar con la base. Empezó a haber vacantes en el primer equipo, por diferentes razones, había un vacío y al llegar Javi Gracia al equipo decidió contar conmigo. Está claro que hubo un factor suerte que me llevó a conocerle y a formar parte de su grupo de trabajo, pero a veces se dan esas casualidades y lo que hay que hacer es estar lo mejor preparado posible para aprovecharlas», explica.

Juan Solla ya había trabajado en las categorías inferiores del Celta como preparador físico, pero fue a raíz del 2007, en el Pontevedra, cuando forjó una alianza con Javi Gracia, al que todavía sigue fiel. «La verdad es que la primera vez que lo vi, pensé: ‘Está un poco verde’, Yo tampoco era el que soy ahora, pero hemos ido evolucionando y la verdad es que nos han ido saliendo muy bien las cosas. Hemos evolucionado juntos», destaca.

En el Pontevedra, se quedaron a las puertas del ascenso a Segunda; logro que consiguieron un año más tarde en el Cádiz. A partir del 2010, en el Villarreal B, también en la categoría de plata del fútbol español, Solla ya comenzó a ayudar a Gracia como segundo entrenador. Ambos siguieron creciendo con su grupo de trabajo, se fueron a Grecia, volvieron a Almería para ascender a los andaluces a Primera, y dirigieron a continuación al Osasuna, Málaga (al que dejaron a las puertas de la clasificación europea), Rubin Kazan y Watford, desde este mes de enero. «Llevamos 11 años juntos y no es sencillo llegar a ese tiempo. Como cualquier pareja, siempre hay un desgaste, está claro, pero al fin y al cabo son muchas vivencias las que hemos pasado juntos. Cosas buenas y también malas. Así que ojalá que dure», explica.

Solla reconoce que lo que peor lleva es cambiar tanto de equipo. «Casi nos sale a año por equipo. Salvo en el Málaga, en el que estuvimos dos temporadas, luego hemos ido cambiando bastante. Incluso los dos años en Grecia fueron en equipos distintos. Ya no sé en qué casa vivo. Se hace complicado. Al final ya intentas viajar con pocas cosas. Comprendes cómo es la vida del entrenador y sabes que si llevas mucha maleta, luego también tienes que recogerla cuando cambias de proyecto», señala.

Pero gracias al fútbol, el preparador redondelano también ha podido conocer nuevas culturas y ganar una familia. «En Grecia no cobramos, pero me llevé lo mejor que me podía llevar: una mujer y un hijo. En lo que respecta al fútbol ruso, hay que decir que es muy duro, pero tuve la fortuna de estar en un lugar como Kazán en el que nos acogieron de maravilla. Fue todo una experiencia vivir aquello. Ves cómo se congela todo y cómo la gente sigue con sus vidas adelante», destaca el entrenador gallego.

«En el Watford nadie se imaginaba esto».

Los números del Watford de Gracia y de Solla hablan por sí solos. Cuatro victorias en cuatro partidos jugados, Y eso que en el mercado de verano perdieron a su principal figura, Richarlison, traspasado al Everton por 39,2 millones de euros. De hecho, el conjunto de Hertfordshire, situado a 27 kilómetros al noroeste de Londres, ingresó más de lo que gastó en fichajes. Algo que solo ha podido lograr el Newcastle. «Nadie podía pensar en esto. En empezar también la temporada. El club ha venido y ha tenido un balance favorable, así que pocos imaginaban que podíamos llegar al parón en cabeza. Pero el hecho de no haber realizado muchas contrataciones también ha sido positivo, porque nos ha permitido trabajar durante las 6 semanas de pretemporada con el equipo que luego hemos sacado a competir. Eso también nos ha ayudado a conseguir buenos resultados ahora», argumenta Solla.

Pero, ¿hasta dónde podrá llegar este sorprendente Watford? «Es una pregunta compleja de contestar», advierte. «A veces el calendario también favorece que se produzcan este tipo de situaciones. Hemos superado a algunos equipos que posiblemente estén en la zona media-baja de la tabla [2-0 al Brighton, 1-3 al Burnley, 2-1 al Crystal Palace y 2-1 al Tottenham] y hay que esperar un poco a ver cómo nos seguimos comportando. Pero bueno, también es importante disfrutar del camino y de lo que ya hemos conseguido», agrega.

En cuanto al fútbol inglés, Juan Solla analiza algunas diferencias con el español: «Aunque en la Liga ya se están dando pasos en los últimos años, aquí [en Inglaterra] hay un enfoque hacia el negocio total. Se intenta explotar todo a unos niveles inimaginables. Además, el hecho de crear una franja horaria sin televisión en la que se disputan un buen número de partidos favorece que la gente vaya a los estadios. Aunque también es verdad que, salvo los big six [los seis grandes], los campos son más pequeños que en España, es más fácil llenarlos, y que quizás hay menos oferta de ocio de lo que pueda haber allí, en donde el fútbol compite, por ejemplo, con un día de playa. Pero la organización de la Premier mira siempre mira por el negocio y eso se nota», describe.