Ascenso redondelano en Finlandia

DEPORTISTAS

El futbolista Caloi logra una plaza en Primera con el Honka en su tercera experiencia en este país

08 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La tercera experiencia en Finlandia para Carlos Portela, Caloi (Redondela, 1987) culminó hace unos días con ascenso de su club a Primera. El futbolista había militado primero en el Honka y luego en el PK35 Vantaa como parte de un grupo de gallegos encabezados por Pablo Couñago. A su regreso, tras su paso por el Coruxo y su vuelta a su club de toda la vida, el Choco, apostó por otra oportunidad en un Honka refundado y ambicioso. «Tenía ganas de volver y vivir un año completo, tranquilo y haciendo las cosas bien», dice.

Porque las anteriores etapas, pese a aportarle mucho en lo personal y en lo deportivo, acabaron de manera tormentosa debido impagos y otros problemas. Ahora Caloi sabía que venía a un Honka nuevo. «El director deportivo contactó conmigo y aunque siempre cuesta marcharse de casa, me apetecía volver a dar el paso», cuenta. Aunque no le presentaron el ascenso como un objetivo en sí mismo, a su llegada el equipo marchaba segundo y su candidatura para pelear por un puesto en la élite ya estaba sobre la mesa.

La lesión de otro futbolista abrió las puertas del Honka en esta segunda ocasión a un Caloi que había dejado buen recuerdo en Finlandia. «Había fichado con el Choco con la condición de que si me surgía algo podía marcharme. Se dio la circunstancia, lo hablé con la familia y en el club me dijeron que para adelante», agradece. Se marchó en junio y estuvo unas semanas entrenando hasta que se abrió el mercado y pudo comenzar a jugar. «Participé en los últimos 13 o 14 partidos jugándolo prácticamente todo. Era la continuidad que necesitaba», valora.

Pioneros

A estas alturas ya es un gran conocedor del fútbol finlandés, muy distinto al español, pero que a la vez va dando pasos para aproximarse. «Cuando nosotros nos fuimos con Pablo (Couñago) éramos los primeros. Ahora la familia española ha crecido mucho y cada vez somos más», dice. Eso ha repercutido en el nivel y en los planteamientos, que poco a poco se van modificando. «Compararía más este fútbol con el inglés que con el español. Sin embargo, con la llegada de técnicos de allí se nota que se apuesta más por el control y por un juego más táctico», señala.

Cree, no obstante, que el margen de crecimiento es grande. Y considera que para que continúe la progresión son necesarios cambios en las fechas -«aunque todo está condicionado por el clima», recuerda sobre un calendario que difiere del español- y también en la composición de las ligas. «Son competiciones de diez u once equipos, con tres vueltas y parece que te enfrentas siempre a los mismos», comenta.

De momento a Caloi le gustaría vivir esa evolución en primera persona al menos una temporada más, la que tiene comprometida con el club. «Firmé por la media que quedaba más otra si cumplía uno de los dos requisitos entre jugar la mitad de los partidos y ascender», recuerda. Al final cumplió los dos y, pese a que admite que cuando el viernes llegue a Redondela y se reencuentre con familia y amigos pensará en quedarse «toda la vida», le quedan «cuatro años de fútbol» y sin cerrar la puerta a nada, le gustaría continuar.

De nuevo con el inglés como arma -«de finés, cero»- se ha sentido arropado por los amigos que había dejado de las veces anteriores, aunque «no tienen tanta gracia como los españoles», dice divertido. Reconoce que extraña a los gallegos que le acompañaron en las otras aventuras: Mateo, Yerai, Couñago y Riveiro -técnico que se acaba de proclamar campeón de Liga con el Helsinki-. «Todas las experiencias son buenas, pero si comparo con las anteriores, en lo sentimental me quedo con las otras. Era un proyecto de Pablo y estábamos todos juntos», recuerda.

De hecho, los futbolistas habían hablado más de una vez entre ellos de la idea de volver y acabar lo que quedó a medias. Ahora Caloi lo tiene en su mano.