Arbitraje gallego en Europa

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

DEPORTISTAS

Los colegiados Sergio Rodríguez y Andrés Rosendo ya ejercen en el balonmano continental

19 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Sergio Rodríguez (O Porriño, 1987) y Andrés Rosendo (Ribadavia, 1989) conservarán este octubre en la memoria por ser el de su bautismo como árbitros internacionales de balonmano. Fue hace un par de semanas, en un partido de la Challenge Cup en Luxemburgo, cuando los dos colegiados pitaron por primera una competición continental, y hace unos días repitieron en Noruega en un duelo de la EHF Cup. Los dos jóvenes, que comenzaron jugando al balonmano, se han convertido en la punta de lanza del arbitraje gallego.

«Tras tanto tempo viaxando e traballando no programa ‘Árbitros Jóvenes’ da Europea, debutar en competición continental foi moi gratificante», describe Sergio. Fue hace una docena de años cuando se adentró en el mundo del arbitraje. Jugaba en el Porriño de Nacional pero por problemas físicos el contacto sobre la pista no le permitía seguir en activo. «Un exárbitro de Asobal díxome un día que mirase o balonmán dende outro ángulo. Fun probar un día, gustoume e dende entón», recuerda.

El caso de Andrés Rosendo es parecido. Militaba en el Viña Costeira cuando le ofrecieron la oportunidad de participar en uno de los cursos de arbitraje que organizaba la Federación. «Fui a probar junto con un par de compañeros, me gustó y decidí enfocarme hacia ello», relata. Desde hace «siete u ocho años», ninguno lo recuerda con exactitud, forman pareja arbitral sobre la pista y coinciden en que no podrían entenderse mejor. «Xuntounos o Comité, encaixamos ben e dende entón somos moi bos amigos», detalla Sergio.

Rosendo y Rodríguez han ido quemando etapas sin parar en el mundo del arbitraje. Los partidos de niños con los que Andrés comenzó han quedado muy atrás y el trabajo duro les ha conducido hasta la Liga Asobal, a la que ascendieron el pasado verano, y los torneos continentales. Como en todo, por medio hay muchas horas de dedicación entrenando, revisando vídeos y estudiando reglamentos.

Puesta a punto

Arbitrar un partido de balonmano, sobre todo en categorías de élite, exige una buena preparación física y muchas horas de trabajo previo. Carrera cuatro días a la semana y una intensa documentación forman parte del modo de trabajar de Andrés y Sergio. «En España tenemos acceso a vídeos de clubes y los días antes de los partidos intentamos informarnos bien de cómo trabaja cada equipo, de cómo ataca, de cómo defiende, cuestiones que nos ayuden a hacer mejor nuestro trabajo, pero sin predisponernos», describe Andrés Rosendo. «Gústanos ter os datos, pero non nos condiciona para nada, imos coa mente aberta», añade Sergio.

Pero la preparación de los dos colegiados gallegos va más allá.  "Adoitamos destrar moito xuntos, cando hai mundiais e europeos ou vemos os partidos xuntos ou imos seguíndoos por Skype. Cada un adestra tamén por separado e pensa o que pode aplicar á parella. ¡Menos mal que hai tarifas planas, porque gastamos bastante teléfono!», dice Sergio Rodríguez entre risas.

Toda esa labor que no se ve es la que les ha permitido ir subiendo escalones hasta llegar a Asobal y al continente. «Para nosotros arbitrar en Europa supone una responsabilidad, porque de alguna manera representamos al arbitraje español, y es un privilegio, porque mucha gente lo ha intentado sin conseguirlo».

A menudo su cometido no está bien valorado, aunque tanto Sergio como Andrés coinciden en que nunca han tenido problemas en un encuentro y que la gente suele ser cordial y asumir sus juicios sin debate. «Normalmente comprenden que tomas a decisión en décimas de segundo e que es humano, que te podes equivocar, pero que nunca será querendo». Ante todo, los dos árbitros son profesionales. Es la marca de la casa que les ha llevado a hacerse un sitio en el arbitraje europeo.