Un cangués entre normandos

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

DEPORTISTAS

Adrián Rosales se abre paso en el balonmano francés en el seno del Caen, al que llegó el pasado verano

25 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado verano Adrián Rosales decidió dar un giro a su vida. Dejó atrás el Balonmán Cangas, en el que se forjó su carrera deportiva y se hizo un nombre, y afrontó el reto de enfrentarse a un balonmano y un país nuevo. Fichó por el Caen galo, un club de la Segunda francesa cuyo objetivo inicial era la permanencia, y en el que a día de hoy el lateral puede decir que está feliz. «Se me preguntas hai catro meses, non sabería que dicir, pero hoxe podo asegurar que estou contento. Custoume un pouco porque logo de tantos anos en Cangas, coa mesma xente e o mesmo xogo, verte nun balonmán novo, nun país distinto e con xente descoñecida non é sinxelo. Pero agora as cousas xa están saíndo e estou contento», desvela.

El cambio de Adrián llegaba en una doble vertiente, la deportiva y la vital. En la primera se encontró con un concepto diferente de balonmano al que se ha ido adaptando con el paso de los meses. «É máis físico, non tan técnico nin tan táctico como en Cangas, aquí vas máis ao contacto e a arbitraxe é máis permisiva», subraya. Las primeras semanas comprobó que en el Caen sudaría la gota gorda con una pretemporada de altísima intensidad física que acabó generándole molestias, comenzando el curso a medio gas. Pero a base de esfuerzo, Rosales logró tomar el pulso a su nueva realidad. Además, lo más complicado, que era entenderse con sus nuevos compañeros, ya marcha sobre ruedas. «Custoume sobre todo a relación cos demais compañeiros na pista. En Cangas pódese dicir que case xogabamos de memoria. Aquí necesitei un tempo para conectar con eles tanto en ataque como en defensa, e para atopar o meu espazo no equipo, pero agora xa estamos adaptados». Porque esa necesidad de Adrián de ubicarse en el Caen no era única. El equipo cambió un buen número de jugadores y todo el grupo necesitaba amoldarse.

Acostumbrado a maratones de minutos en el Cangas, en el club normando Adrián disfruta de protagonismo pero de manera más comedida. «Non xogo tanto como en Cangas, pero case o agradezo», dice entre risas, «aínda que en defensa xogo case todo o partido, o feito de ter un recambio agradécese en ataque porque os minutos que estás en pista aprovéitalos mellor». La confianza que el club y el entrenador han depositado en él está haciendo que su balonmano vaya a más, lo mismo que el del resto del equipo, que está por la zona media de la tabla. Su nivel colectivo se incrementa y Rosales no descarta que puedan pelear por meterse en la lucha por el play-off. Un reto nada desdeñable en una Liga que bajo su opinión tiene un nivel similar a Asobal. «Comparado con España ten un nivel máis alto que Honor B, case a equipararía con Asobal quitando os equipos de arriba. Tanto no aspecto deportivo como económico o nivel é bastante alto».

La cara más personal

Más allá de lo deportivo, con su marcha al Caen Adrián se enfrentaba también a una nueva realidad personal. País nuevo, idioma nuevo y cultura también nueva. «A verdade é que o levo bastante ben. Estou aquí coa miña moza e iso faino máis fácil». Durante sus años de colegio e instituto había cursado francés como segunda lengua y antes de emprender viaje a la costa de Normandía refrescó sus conocimientos. Una ciudad agradable, fácil de vivir, próxima a las playas normandas, al Mont Saint-Michel y cargada de historia relacionada con la Segunda Guerra Mundial se ha convertido en su nuevo hogar.

Tras meses viviendo su nueva vida en Caen, Adrián está satisfecho de haber dado el paso. «Era un reto tanto deportivo como persoal, e creo que isto me enriquece nos dous ámbitos porque experimentas novas vivencias e o feito de cambiar a una liga distinta e na que se practica un balonmán diferente tamén enriquece o teu xogo». Espera que tanto su rendimiento como el del Caen sigan creciendo, mientras mira de reojo al Cangas. «O partido que gañou en Irún é importantísimo, se suman vitorias na casa a salvación é posible». Desde la distancia, él será de los que empujen al equipo.