Disputó en el Mundial su última carrera como sub-23 y ya se prepara para su segundo año como profesional
28 oct 2016 . Actualizado a las 11:00 h.Se han cumplido dos semanas desde que Daniel López Parada (A Coruña, 1994) participó en el Campeonato del Mundo de Catar, como uno de los cinco integrantes de la selección española sub-23 de ciclismo en ruta. Sigue recuperándose de la caída que lo mermó en dicha carrera, pero pasa página y ya piensa en su segunda temporada como profesional. Tiene apalabrada su continuidad en el Burgos BH.
-¿Qué balance hace de su participación en el Mundial?
-Fue una buena experiencia y una buena carrera pese a las circunstancias que se dieron. Mi actuación estuvo marcada por un pequeño accidente tres días antes de la prueba. Diego Rubio cogió un bache, se le escapó la mano y se cayó. Yo iba justa detrás de él y fue inevitable. Me lastimé las muñecas, principalmente, y luego tuve quemaduras por el resto del cuerpo.
-Como decía en la previa, corrió «lastrado».
-Sí, se notó. Las muñecas no me respondían como yo quería, no podía agarrarme a la parte de abajo del manillar y tenía mucho dolor. Al final corres incómodo... Pero bueno, con todo, creo que hice un buen papel. Ayudé al equipo en todo lo que pude.
-¿Cuál era su rol en el equipo?
-Mi trabajo cambió en cuanto me caí. Originalmente estaba previsto que colaborara con Cortina en los últimos kilómetros para ayudarlo en el esprint, dejándolo cerca de meta a 200, 300 metros o hasta donde pudiera, para que no tuviera que gastar él tanto. Pero en cuanto me caí mi trabajo pasó a ser el contrario. Ayudar en lo que pudiera desde el principio, a taparles el viento, llevar bien colocado al resto del equipo para que llegasen lo más frescos posibles al final.
-Se habló mucho del calor de Catar. ¿Era tan inhumano?
-Sí, bueno, a ver, hacía bastante calor. No quizá tanto como inhumano porque al final tienes que adaptarte a todo. Llevábamos días entrenando allí y sabíamos lo que había. No era algo tan exagerado como se pintaba. El año pasado en el Campeonato de España hacía también un calor similar, Es una situación incómoda, quizá peligrosa por la hidratación, pero al final somos profesionales y sabemos a lo que vamos. Sabemos que hay que cuidar la hidratación y la refrigeración del cuerpo lo mejor posible. Sales, agua y pararse en todos los avituallamientos, para uno mismo y para los compañeros.
-También se habló mucho de la falta de público.
-Sí, había poco, pero es por el calor. Ponerte a ver la carrera con 40 grados es una situación muy incómoda. Además, el circuito también estaba apartado de la ciudad y todo suma para que no haya demasiada gente.
-Fue su última carrera como sub-23. Si quiere repetir la experiencia de un Mundial tendrá que ser ya en el absoluto.
-Sí, ese es el sueño. Esperemos que este no haya sido mi último Campeonato del Mundo.
-Este año, primero como profesional, hizo varios «top ten». ¿Cuál es el objetivo para el 2017?
-No tengo ninguno marcado, pero lo que sí que tengo claro es que quiero aprovechar más las oportunidades que por averías o mala suerte en este no he podido. A ver si enlazo un año bueno porque el esprint es muchas veces suerte y saber tomar buenas decisiones para alcanzar buenos resultados.
-¿Ha renovado ya con el Burgos BH?
-Está pendiente de firmar, pero está prácticamente hecho.
-¿Y hay alguna carrera que le haga especial ilusión poder ganar en el 2017?
-Corriendo en el Burgos BH está claro que la que más ilusión hace es la Vuelta a Burgos, que es en el mes de agosto. Pero no puedes centrarte solo en una competición. El reto es conseguir el mayor número de top ten posibles, y pelear incluso por carreras que se adaptan muy bien a mí como las de Francia, en las que este año estuve muy bien.
-Hay carreras en las que compite mano a mano con los World Tour. ¿Hubo algún ciclista que le llamara especialmente la atención por su forma de ser?
-Me sorprendió mucho, por ejemplo, Igor Antón. Me parece una de las mejores personas que hay en el ciclismo, porque a pesar de estar en un equipo World Tour se acercaba mucho a nosotros. Otros quizás se centraban mucho más en su trabajo, pero él siempre encontraba un momento para interesarse y preguntarnos cómo iba el año, porque sabía que éramos debutantes. Esos detalles son muy buenos.