Lucas recupera el trono para Galicia

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTISTAS

PETER POWELL

Míchel Salgado fue el anterior en jugar y ganar una final de Champions en 2002, y Diego López formaba parte del Real Madrid que logró el título continental en el 2014, el último con presencia gallega

31 may 2016 . Actualizado a las 08:28 h.

Galicia regresa a la historia del deporte por la vía de la gloria. La Liga de Campeones, la competición de clubes más importante del Mundo, ha sumado el nombre de un futbolista gallego a su palmarés. Porque hay maneras y maneras de ganar una Copa de Europa y la de Lucas Vázquez (Curtis, 1991) fue como protagonista, al convertirse en el quinto gallego campeón de Europa de la historia.

El extremo sustituyó a un exhausto Benzema en el minuto 77 de la final y, aunque venía de una lesión, desbordó (como suele hacer por la banda con sus rivales) a James en las preferencias de Zidane, que incluso le otorgó la responsabilidad de lanzar el primer penalti de la tanda de desempate. Antes, había mostrado su descaro habitual en ataque y su ya conocida solidaridad en defensa.

Lucas Vázquez es el primer gallego que gana la Copa de Europa participando del partido final sobre el césped desde que el también madridista Míchel Salgado lo hiciese en el año 2002, ante el Bayer de Leverkusen, 2-1 en Hampden Park y en el 2000 contra el Valencia, 3-0 en el Stade de Francia y ambos como titular; si bien es cierto que hace solo dos años, en la final del 2014 en Lisboa entre Real y Atlético de Madrid (4-1), en la plantilla del campeón figuraba el guardameta lucense Diego López, titular en la Liga.

Ellos representan el éxito gallego en la competición de clubes al más alto nivel en el fútbol moderno, toda vez que en el Barcelona que despegó a nivel internacional en la última década no figuraba ningún representante del balompié galaico. Esa fue la dinámica del fútbol español en los decenios inmediatamente anteriores, y dado que los futbolistas gallegos no emigraron hacia otros clubes europeos punteros en ese período temporal, Galicia permanecía aletargada en la sala de trofeos de la Copa de Europa.

Pero no siempre había sido así. Al contrario. Desde mediados de los años sesenta al ecuador de la década de los setenta, los gallegos se mostraban como referentes en los equipos campeones. El coruñés Luis Suárez Miramontes, el único español que logró un Balón de Oro, estaba en el Barcelona que peleó el título en 1961 contra el Benfica (perdió 3-2), pero también en el Inter campeón en 1964 (precisamente ante el Madrid de otro coruñés, Amancio Amaro, en el Prater de Viena, 3-1) y en 1965 (1-0 al Benfica de Eusebio en el Giuseppe Meazza).

Amancio se resarció de su tropiezo contra Luis Suárez solo dos años más tarde, en 1966. El estadio de Heysel acogió aquella final que ganó el Madrid al Partizán de Belgrado por 2 a 1, con remontada incluida y gol del coruñés en el minuto setenta (el del empate). Ese fue el último éxito de un jugador gallego en la Copa de Europa hasta el cambio de siglo, con la llegada al historial del torneo de Míchel Salgado.

Sin embargo, el nombre de Galicia sí sonó en una final de la máxima competición continental. Fue en la de 1974, que enfrentó al Bayern de Múnich y al Atlético de Madrid en el campo belga de Heysel. El conjunto colchonero terminó empatando (1-1) tras la prórroga (perdería el título dos días después 4-0 en el partido de desempate), pero en aquel elenco de rojiblancos figuraba un pontevedrés que se había criado en Brasil y fue ídolo en el fútbol carioca: José Armando Ufarte. Fue titular y en el minuto sesenta le sustituyó Heraldo Becerra. Galicia comenzaba entonces veintiséis años de paciente espera por la Champions.