Las conservas gallegas que se inspiraron en una joven Sofía Loren

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

CUBA

El tercer tomo de «Historias de Galicia» arranca en las anécdotas de la industria marítima gallega para viajar luego a la emigración cubana, pasear por algunos de los hoteles más curiosos del país o reconocer a los esforzados gallegos del canal de Panamá, 6.000 jornaleros a los que aplaudió hasta Roosevelt

09 jun 2017 . Actualizado a las 11:38 h.

Sofía Loren inspiró una de las imágenes más reconocidas de la industria gallega. En 1955 era una actriz veinteañera procedente de los suburbios napolitanos y protagonizó La chica del río. Un mito aquel filme en el que la chica deslumbró a los espectadores. Entre ellos a un Jesús Alonso Fernández que decidió al instante que esa era la rianxeira que soñaba. Así que las formas de Sofía Loren, que sujeta una cesta de pescado en la cabeza, fueron una imagen registrada en enero de 1959 y se convirtieron en un icono para la empresa conservera gallega.

Esa anécdota es una de las que se recogen en las Historias de Galicia de Fernando Salgado, una colección que este domingo alcanza su tercer y penúltimo tomo bajo el título La riqueza que emergió del mar. Pero que nadie se imagine que hay aquí solo una sucesión de historias vinculadas al mundo marítimo. El periodista y economista aprovecha la vinculación de Galicia con el mar para llevarnos por la conserva, sí, pero también por las aventuras (y desventuras) de algunos pioneros emprendedores gallegos en ultramar (por ejemplo, empresarios en Cuba), hoteles que alojaron a estrellas venidas de varios puntos del planeta, tratantes de esclavos o trabajadores gallegos en algunos de los lugares más insospechados del planeta. Como los seis mil gallegos que participaron en la construcción del canal de Panamá hace más de un siglo. «Los primeros centenares de gallegos que llegaron a la zona del canal, desde que en 1903 Estados Unidos se hiciera cargo de la magna empresa, procedían de Cuba. Rápidamente, a la vista de su extraordinaria productividad, el ingeniero jefe John F. Stevens pidió más jornaleros gallegos. En menos de dos años contrató a 8.222 españoles. Tres de cada cuatro, 5.983 en total, eran gallegos. La mayoría se despidieron de Galicia en el puerto de Vigo», relata Fernando Salgado.

La obra también recuerda cómo llegó desde el otro lado del Atlántico la idea de levantar uno de los espacios más característicos de Galicia: el hoy muy deteriorado Pasatiempos de Betanzos. O las accidentadas llegadas a Galicia de celebridades como Julio Verne, que terminó en Vigo mientras esperaba a que le repararan un yate. De ahí a Veinte mil leguas de viaje submarino.