«No pasas miedo porque estamos muy inmersos en nuestras actividades»

Ana Lorenzo Fernández
ana lorenzo REDACCIÓN / LA VOZ

COOPERANTES

Destaca la gran labor que hace la oenegé, que permanece en países en conflicto que otras abandonan

31 dic 2016 . Actualizado a las 10:18 h.

Cuando Ruth Conde (Teo, 1981) decidió «un poco a lo loco» comenzar a colaborar con Médicos sin Fronteras, su familia se llevó las manos a la cabeza, pero ella no puede estar más contenta de la decisión que ha tomado. En solo cuatro años ya ha estado destinada en Níger, la India, Colombia, la República Centroafricana y Guinea Bisáu, y ahora cuenta los días para iniciar una nueva aventura. Es enfermera y se ha especializado en pediatría, porque para ella «el paciente estrella son los niños».

-¿Qué la animó a sumarse a Médicos sin Fronteras?

-Un poco todo. Los profesionales tenemos esa inquietud de la cooperación, de ayudar y demás, y hay mucha gente que no lo hace por miedo, por dejar aquí un puesto de trabajo o por las cargas familiares. Y yo fue simplemente tomar la decisión, y venga va. Estoy supercontenta, además hoy en día hay muchos campamentos que tienen wifi, lo que te facilita estar en contacto con tu familia, y que vean que estás bien.

-¿Cuál fue el destino que más le ha marcado?

-Mi primer destino fue Níger e hizo que me afianzara en Médicos sin Fronteras, porque era un proyecto de pediatría exclusivamente y me alucinó, me pareció espectacular. Luego pasé en la India dos meses para hacer más formación en pediatría, sobre todo en desnutrición, y después estuve en Colombia, República Centroafricana y Guinea Bisáu. He ido cambiando de uno a otro continente.

-¿Es muy duro trabajar con niños en estos países?

-Al contrario. Para mí el paciente estrella y con el que más me gusta trabajar, con el que me siento más cómoda, es con los niños. Tanto aquí, donde trabajo en oncología pediátrica en el Clínico de Santiago, como allí. Me requetechiflan los niños, me encantan. Me gusta el trabajo de enfermería en general, y también trabajar con adultos, pero disfruto muchísimo más trabajando con niños. Sí que es verdad que la situación allí es más difícil, porque hay patologías que aquí se pueden tratar de forma sencilla y allí se te complican. Es muy interesante tener las dos visiones: la realidad aquí y la realidad allá. Yo creo que es lo que más me enriquece como enfermera y como persona.

-Han bombardeado varios hospitales de MSF: ¿se pasa miedo?

-No pasas el miedo ese que no te deja seguir o que te paraliza, porque estamos muy inmersos en nuestras actividades. Pero sí tienes una sensación de que hay que estar con cuidado, porque muchas veces estás en casa y empiezas a escuchar disparos o alguna explosión y, lógicamente, estás preocupado por lo que pueda pasar. Yo he tenido bastante suerte hasta ahora. Pero hay que tener en cuenta que vas a estar en destinos donde no llegan otras oenegés.

-Precisamente, MSF acaba de lanzar la campaña «Yo me quedo».

-Sí, porque Médicos sin Fronteras llega a muchos sitios donde otros no llegan, y nosotros nos quedamos para poder ayudar. Somos la representación de Médicos sin Fronteras, y es Médicos sin Fronteras la que se queda, la que hace que nosotros podamos estar ahí, conocer esa realidad y trabajar en esa realidad. MSF trabaja con mucha gente a nivel nacional de esos países y ellos están allí permanentemente. Nosotros somos los que nos quedamos con ellos y eso es un poco lo que se pretende conseguir con esa campaña.

-Ahora está en Galicia. ¿Con ganas de volar a otro destino?

-Sí, ahora estoy aquí porque me rompí un pie bajando una escalera, pero ya estoy recuperada, y esperando para salir al terreno. Tengo una propuesta de salida en breve y con muchas ganas de irme, porque es una oferta que me apetece mucho.

-Solo lleva cuatro años con Médicos sin Fronteras: ¿ha puesto fecha para cerrar esta etapa?

-De momento me planteo seguir con Médicos sin Fronteras como una carrera profesional. He probado, llevo cuatro años con esta organización y disfruto. Y mientras lo siga disfrutando y pueda seguir realizando mi trabajo bien y a gusto, voy a seguir hasta que el cuerpo aguante.

-¿Compensa?

-Si, compensa mucho. Son muchas razones para quedarnos y ayudar.