Lecciones de veterinaria desde Arousa a Japón

Bea Costa
bea costa VILANOVA / LA VOZ

ASIA

MONICA IRAGO

Sus libros sobre dermatología canina y felina han sido traducidos al inglés, al chino y ahora también al nipón

29 nov 2016 . Actualizado a las 11:27 h.

Para la gran mayoría es el veterinario de Vilanova, pero Gustavo Machicote es mucho más. Con el paso de los años se ha convertido en uno de los mayores expertos en España en dermatología canina y felina y esto le ha llevado a dar conferencias en varios continentes y a vender libros en Estados Unidos, en China, en Sudamérica y, por supuesto, en Europa. El país del sol naciente parecía demasiado lejano, pero no, hasta allí han llegado también las teorías de Machicote. Un laboratorio farmacéutico nipón acaba de comprar 5.000 ejemplares de su Atlas de dermatología canina y felina, un manual eminentemente gráfico que ha sido editado en español, en inglés y en chino, y que ahora también se podrá consultar en japonés. Para Machicote el encargo ha sido toda una sorpresa y no descarta que tras los libros venga algún viaje a Japón.

Este veterinario de origen argentino afincado en Galicia desde hace casi tres décadas está acostumbrado a hacer las maletas. En calidad de especialista en dermatología y como secretario científico de la Asociación de veterinarios españoles de animales pequeños ha visitado numerosos países. Pero siempre vuelve a Vilanova. Ahí tiene la clínica con la que empezó y que le ha servido de sustento desde que emigrara arrastrado por una de tantas crisis que sufrió su Argentina natal. Casado con una hija de gallego -«como la mitad de la población allá», puntualiza- fijó su residencia en Vilanova de Arousa y allí empezó de cero ejerciendo el oficio. Entonces, en 1990, el trabajo en la clínica era muy diferente. «Se trabajaba sobre todo con animales grandes, de granja, ahora se trabaja más con animales pequeños». La prioridad eran las vacas, los cerdos y las ovejas, que trajeran muchas crías al mundo y que no se malograran con alguna infección. Pocos acudían al veterinario porque veían triste al perro o porque al gato le caía el pelo. Hoy este tipo de consultas están al orden del día, tanto que las clínicas tienden cada vez más a la especialización. «Hay grandes veterinarios generalistas, pero no se puede seguir toda la vida con el veterinario de siempre, del que sabe de todo un poco».

A Machicote siempre le gustó la dermatología de modo que se puso a estudiar de nuevo y se especializó en la materia, con estancia en Viena incluida. Escribió dos libros y acabó por montar su propia clínica dermatológica en Santiago. Es una apuesta arriesgada desde el punto de vista empresarial, afirma, «pero quiero demostrar que es eso lo que quiero hacer, trabajar con la piel de los animales».

En los últimos años se ha avanzado mucho en este y otros campos. «Hay tantos tratamientos clínicos en veterinaria como en medicina humana, el límite es solo el dinero», y es que no todo el mundo quiere y puede pagar una resonancia para el caniche.

Con todo, «la gente está cada vez más concienciada», abunda, y acude con más frecuencia a los especialistas en busca de un diagnóstico y un tratamiento para sus amigos de cuatro patas.

En lo suyo, la dermatología, observa que cada vez hay mayor incidencia de patologías, especialmente alergias. «No se sabe muy bien por qué, hay factores genéticos, ambientales, hereditarios..., el problema aumentó en perros de interior, eso puede favorecer las alergias», explica. Pero que nadie interprete que Machicote está en contra de tener animales en el piso. Todo lo contrario, «es más que recomendable tener a un animal en casa, sobre todo por los efectos psicológicos que producen, porque le solucionan muchos problemas a la gente que vive sola», opina.

De las relaciones que se establecen entre las personas y los animales se encargan los etólogos, que los hay en Galicia y muy buenos, matiza. Lo suyo es la epidermis, un ámbito que domina tanto en la teoría como en la práctica. Su primer libro, Teoría dermatológica canina y felina (2012), va ya por su tercera edición y pronto será objeto de una revisión porque «en los dos últimos años ha habido muchas novedades, con nuevos medicamentos». Por descontado le gustan los animales «pero lo que más me gusta es la formación», que le permite tratar con la gente.

Como buen argentino, no le falta el don de la palabra. Conserva un acento argentino que ya nunca le abandonará a pesar de sentirse más de aquí que de allá. Por hablar también «falo galego», pero no se prodiga «porque la gente se parte de la risa». Sí, parece que Machicote no solo tiene empatía con los peludos.

Pese a que puede ser una fuente de alergias, defiende que perros y gatos vivan en pisos