«Ondas» que unen Vigo y Buenos Aires

paula sabajanes BUENOS AIRES / E. LA VOZ

ARGENTINA

La música de Martín Códax celebró la diversidad cultural argentina interpretada por la Orquesta de Instrumentos Autóctonos, que ha construido su propio organistrum

22 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las voces angelicales de cuatro jóvenes y el hipnótico sonido de un organistrum construido en Buenos Aires balancearon las Ondas do Mar de Vigo debajo de la inmensa cúpula del Congreso de la Nación Argentina. Rodeados de caracolas y máscaras, la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías de la Universidad Nacional de Tres de Febrero emocionó al auditorio con una sensual interpretación de la cantiga de Martín Codax en el concierto por el Día del Respeto a la Diversidad Cultural que conmemora el 12 de octubre.

Mientras el pergamino Vindel se desplegaba en el Museo del Mar de Vigo, la lírica medieval inundó con espuma de las rías el kilómetro cero de Argentina. La esencia mapuche en la voz de la venerada cantora Beatriz Pichi Malén se encontró con los versos de la cantiga de amigo y Galicia armonizó como un bálsamo en la celebración de las culturas. Sus melodías dieron el presente en la reflexión sobre la historia y los derechos de los pueblos originarios propuesta por el Congreso de la Nación. 

Simbología mitológica

«Hemos reconstruido el organistrum de la catedral de Compostela por su profunda simbología mitológica, cosmogónica para interpretar esta serie de cantigas que nos remiten a un tiempo de grandes ideales, de grandes amores», aseguró Alejandro Iglesias, director de la Orquesta en la introducción de la única pieza foránea en un repertorio americano de arriba abajo. Iglesias, de ascendencia gallega, es impulsor del proyecto académico y musical que pretende igualar la dignidad de los instrumentos autóctonos de América con los europeos y las nuevas tecnologías. Su equipo ya tiene lista la reorquestación de las cantigas de Martín Codax y está replicando los instrumentos tallados por el Mestre Mateo.

Los músicos y el público percibieron una conexión esencial más allá de la geografía o el linaje familiar. «Lo que siento es que estas cantigas están hechas con el corazón y que con muy pocas palabras son muy precisas en lo que transmiten», comentó Julieta Szewach, una de las cantantes. «Al oírlas, la gente se emociona mucho porque transmiten lo genuino de un pueblo, lo propio», añadió esta joven de orígenes hebreos. Anabela Enrique, otra de las solistas, manifestó que a ella la remiten al «amor profundo y verdadero que es Dios y también la persona que está con vos todo el tiempo». Mientras que la cantante descendiente de vasco, italiano e indígena, Emilia Sosa Cacase, confesó haber descubierto esta música de Galicia a través de la «invitación» de los directores para «abrir los ojos» a las músicas autóctonas que expresan «la profundidad de la forma de ser de un pueblo y los orígenes del hombre en sí mismo».

«Me encantó, me trasladó. Es precioso», se emocionó entre el público Cecilia Quiroga. «Mi abuelo era gallego y lo primero que comenté a mi compañera es que ahí estaban nuestros ancestros celtas», añadió.

«Una melodía exquisita y un sonido rescatado de la fría piedra»

El orgullo y la alegría se adivinan en las miradas de Alejandra y Xaime. Dos jóvenes nacidos en la Galicia Ideal de Castelao hace algo más de cuatro décadas, cuando Buenos Aires era el destino donde los sueños de los emigrantes se hacían realidad. Sentados en la segunda fila de un salón abarrotado para celebrar una Argentina plural, diversa, de la que ellos mismos son el mejor ejemplo, se sienten protagonistas de un momento de feliz conjunción de sus realidades. La piel del tambor y el barro coexisten con la madera noble del organistrum. El instante donde sus patrias forman orquesta para interpretar la música de una historia profunda que los define y los cobija. Ellos, como el director de la orquesta, algunos músicos e infinidad de senadores y diputados que habitan el palacio del pueblo, son también esa Galicia que está en la esencia del ser argentino y que le aporta su legado ancestral a una nación que busca crecer sin olvidar ninguna de sus herencias. 

Gallego con ecos de Lugo

Xaime Arias es ingeniero químico, toca la gaita y habla perfectamente un gallego con ecos del Lugo donde nació su padre. Adriana Oubiña es analista de sistemas y deslumbra en los escenarios como cantareira del Centro Galicia de Buenos Aires con sus trajes de paño y encajes de Camariñas. «Una melodía exquisita y un sonido rescatado de la fría piedra, que nos muestra que tienen vida y alma», valoró Xaime Arias, añadiendo a su reflexión la importancia de «darse cuenta que las monedas tienen dos caras», que son parte de una misma pieza y de «cuanto hay en común con nuestro pueblo». «Galicia, pueblo originario. El mensaje encriptado e inconsciente de este concierto es un hermanamiento en la distancia y la diversidad», remarca.

Unas cantigas que son capaces de curar y de armonizar el cuerpo

«Es la primera vez que las veo en vivo. Había visto vídeos en YouTube y es fantástico, pero la vibración que en el concierto de ellas es única. Te curan, te armonizan el cuerpo», indicó el maestro Horacio Ruíz Guiñazú, integrante del Beatriz Pichi Malen Trío en referencia a la interpretación de Ondas do Mar de Vigo. «Nosotros hacemos cantos originarios de nuestra tierra del cono sur. Ellos están abarcando más. Es muy valioso para nuestro país que haya directores que formen jóvenes, unas niñas que cantaron con unas voces increíbles», resaltó el virtuoso músico nieto de catalán y militante de la argentinidad sobre el trabajo de la Orquesta.