«Desde las Américas veo cómo os gastáis millones de euros en elecciones porque no os ponéis de acuerdo en las alianzas»

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE / LA VOZ

AMÉRICA

Voto nulo. El sobre donde debía estar la papeleta no guardaba voto a ningún partido. Dentro había una carta en la que una joven emigrada en Lima (Perú), cuenta las penalidades de la emigración.
Voto nulo. El sobre donde debía estar la papeleta no guardaba voto a ningún partido. Dentro había una carta en la que una joven emigrada en Lima (Perú), cuenta las penalidades de la emigración.

Una ourensana emigrada en Lima utiliza su sobre de votación para escribir a los políticos

04 oct 2016 . Actualizado a las 11:12 h.

El recuento del voto emigrante avanzaba ayer a buen ritmo en Ourense hasta que una de las mesas habilitadas para ello en la Audiencia Provincial hizo un pequeño parón. En una de las papeletas que salieron de la urna no había dentro un voto, sino una carta de una joven ourensana emigrada en Lima (Perú) en la que cuenta las penalidades de la diáspora y las dificultades para participar en las elecciones.

«Me gustaría volver a España, pero la conducción política del país me invita a seguir quedándome en las Américas. Mientras tanto, veo cómo os gastáis millones de euros en elecciones generales porque no os ponéis de acuerdo en las alianzas», dice la joven, que afirma que no pudo participar en los comicios del 26J porque nunca le llegaron los papeletas.

Con ocasión de las autonómicas del pasado 25 de septiembre, sí recibió la documentación, pero decidió utilizarla para contar su caso. Cuando se realiza el escrutinio, el papeleo con los datos del votante se separa del sobre con la papeleta, que se introduce en una urna para no violar el derecho a mantener el sufragio en secreto. Ella no refleja su nombre en la carta, pero sí da algunos datos. Dice que se licenció en Periodismo en la Universidade de Santiago y que hace unos años ganó una beca, momento en el que empezó su aventura en la emigración. Cuenta que reside frente al Pacífico en la segunda ciudad más grande del mundo enclavada en un desierto, una descripción que encaja con la capital peruana. «Llevo en el mismo país casi seis años deambulando de empresa en empresa forjando mi carrera en unas fronteras que, a diferencia de mi país, me valoran un poco más», dice la joven, que explica que tiene ahora 30 años y que no tiene vacaciones: «No las uso para viajar, sino para volver a España de visita. No gano mucho, pero lo suficiente para ir cada año y medio a España y, bueno, ¡ni pensar en hijos!».

La mujer relata incluso sobornos a policías para poder desplazarse, suplantaciones de identidad que no pudo denunciar y otras penalidades de su vida en la emigración. «Aprendí a apañármelas solita», cuenta la joven, que termina con otro recado a los políticos: «Mis tres idiomas nativos son el francés, el español y el gallego. También sé inglés, el que aprendí yéndome un año a UK con una beca. Me adapto al cambio, aprendo muy rápido y tengo muchos ganas de seguir aprendiendo y de comerme el mundo, con o sin vuestra ayuda».