El nieto de un coristanqués que llegó a ministro de Quebec

La Voz

AMÉRICA

Joseph Facal nació en Uruguay y emigró con su padre a Canadá

15 ago 2020 . Actualizado a las 21:00 h.

A veces, por las cosas de la vida, uno se entera de esas curiosidades de la fructífera (y triste) emigración de la Costa da Morte, que aún esconde muchos secretos. Vidas normales y sacrificadas, las más. De fracaso, algunas. Y exitosas, muchas. En este grupo se encuadra la ascendencia de Joseph Facal. José de nacimiento en Uruguay, transformado al emigrar su padre a Canadá, donde se ha criado desde la niñez (también su hermana, célebre cantante). José, de 50 años, tiene un currículo imposible de resumir. Citemos lo esencial: profesor en una universidad de Montreal, director de varios trabajos de investigación, columnista del diario Le Journal de Montreal, comentarista político de televisión... Su pasado político es notable. De 1994 al 2003 fue diputado en la Asamblea Nacional de Quebec, presidente del Consejo del Tesoro y ministro de Estado de la Administración y la Función Pública; ministro de Relaciones con los Ciudadanos y de Inmigración, y ministro (sí, una vez más) para los Asuntos Intergubernamentales canadienses. En su haber figura el impulso de varias leyes destacadas y numerosos premios, además de la publicación de diversos libros. Insisto en que lo anterior se queda injustamente muy corto, pero sirve para hacerse una idea. Pues bien, Facal (su apellido lo delata) es nieto de Baldomero Facal, un emigrante nacido en Oca-Coristanco en 1900, que se marchó para Montevideo con 17 años y donde falleció con 68. Su hijo, y padre de José se marchó a Canadá, y ahí empezó su nueva vida. Entre julio del 2009 y el mismo mes del 2010 vivió y trabajó en Madrid con su familia, y aprovechó para visitar a sus parientes lejanos en Oca. «Fue un momento inolvidable y de intensísima emoción», describe desde Canadá, explicando que hablan con frecuencia en casa de sus raíces gallegas porque «son parte fundamental de lo que somos y seguimos siendo». Ahí lo tenemos, nada menos que un Facal en Canadá. Y orgulloso de sus antepasados, algo que no ocurre siempre.