«Si no hablas alemán, aquí eres carne de cañón de la precariedad»

patricia baelo BERLÍN / E. LA VOZ

ALEMANIA

Alba Fieira
Alba Fieira patricia baelo

Alemania, que no deja de batir récords de empleo, ofrece mejores condiciones que España pero no es la panacea

03 oct 2016 . Actualizado a las 10:18 h.

«Cuando llegué, trabajé de camarera en un restaurante de tapas español regentado por alemanes durante algún tiempo. Ahora que he mejorado sustancialmente mi nivel de alemán, estoy buscando un trabajo más relacionado con lo mío», cuenta a La Voz Alba Fieira, coruñesa de 31 años. Pero la joven licenciada en Ingeniería Industrial no llegó a Berlín en el 2011 huyendo de la crisis, sino en marzo del 2015. Y es que, pasado el furor que dejó la segunda parte del fenómeno «Vente a Alemania, Pepe», la buena salud de la locomotora europea, que exhibe su menor tasa de desempleo desde la reunificación, sigue atrayendo cada año a miles de españoles.

Sin embargo, la bonanza también esconde trabajos precarios. «Hay muchísimo minijob, que está bien para adquirir experiencia y compaginarlo con otras cosas. Pero en algún momento tiene que ocurrir el salto al trabajo de calidad, que en mi caso aún estoy esperando», explica una bioquímica bilbaína de 27 años que prefiere no desvelar su identidad para evitar una reacción de la empresa en la que trabaja como auxiliar con un minijob. «Encontrar empleo resulta difícil cuando busco en el sector en el que me gustaría trabajar. Aunque mucho más fácil que en España si quieres un trabajo cualquiera», reconoce Alba.

Diego Ruíz
Diego Ruíz

El principal problema es que, para acceder a puestos cualificados es imprescindible saber alemán. La Oficina Federal de Estadística estima que el 43,2 % de los extranjeros con nivel bajo de alemán trabajan como auxiliares. Un porcentaje que se reduce hasta el 14,3 % en el caso de los que lo dominan. «Si no lo hablas, en Berlín eres carne de cañón con el tema de la precariedad» sentencia Diego Ruiz del Árbol, un ingeniero informático de 36 años que nació en Madrid y se trasladó a Alemania hace más de nueve.

Junto a dos socios acaba de lanzar Volvemos, una plataforma destinada a facilitar el retorno de talento a España, que desde su puesta en marcha a principios de año tiene 4.740 emigrantes registrados, procedentes sobre todo del Reino Unido y Alemania.

Los perfiles y las razones para volver son muchas. Una de ellas es la discriminación. «El mayor obstáculo para mí fue el no ser aceptada por mis compañeros. Pensé que iba a tener una buena acogida, pero la gente no hablaba conmigo. Solo los que estaban en prácticas o los extranjeros se acercaban a mí». Esta chica de 28 años nacida en Alcalá de Henares y técnica de laboratorio no quiere ser identificada porque, después de 3 años en una empresa medioambiental, ha decidido dar el paso y dejarlo a finales de este año para quizás hacer un viaje de voluntariado por Centroamérica.

Alejandra
Alejandra patricia baelo

«Conozco a compañeros que siendo españoles pueden, por desconocimiento, vergüenza o por sentir que lo merecen al no saber alemán, caer en ciertos contratos de salario más bajo que los de los alemanes», asegura la compostelana de 25 años Alejandra Vázquez Lorenzo, licenciada en Ciencias de la Comunicación, que compagina su trabajo a tiempo completo en una cafetería berlinesa con unas prácticas en la radio Multicult, mientras busca algo de lo suyo. «No [sufrió discriminación], porque mi contrato era legal y cobraba lo mínimo establecido. Sin embargo se hacían diferencias entre alemanes y extranjeros al no dividir la propina entre las camareras de barra, que éramos las extranjeras», apunta.

Casos como estos llegan a la Oficina Precaria de Berlín (OPB), que atiende presencialmente a entre 800 y 1.000 personas cada año, la mayoría hispanohablantes, además de unas veinte consultas semanales online. «He visto gente que enseguida se ha amoldado y otros, que después de un año o dos, regresan porque no se han adaptado. Alemania no es un país fácil, por el idioma y porque su burocracia es farragosa y compleja para nuestra mentalidad», explica la voluntaria de la OPB María González Barro, que nació hace 51 años en Madrid, aunque se crió en Barcelona, y que conoce la realidad alemana, pues lleva seis en Berlín. 

María González
María González patricia baelo

Con todo, en Alemania el salario mínimo es superior, la vida no es mucho más cara, y las ayudas sociales son suficientes para vivir, sobre todo en la capital. Aun así, Alemania no es la panacea, «ya que tiene una política económica neoliberal que hace que la precariedad sea la tendencia. Además ha empezado a recortar las ayudas con la excusa de que hay mucha inmigración», señala María.

La OIT asegura que España tiene margen para subir sensiblemente el salario mínimo

El director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para España, Joaquín Nieto, asegura que una de las medidas más rápidas para sacar de la pobreza a los que ya tienen trabajo es mejorar el salario mínimo y subraya que la economía española tiene margen para un alza importante. En una entrevista con motivo del día mundial del Trabajo Decente que se celebra el 7 de octubre, Nieto se refiere a los trabajadores «pobres», cuyo sueldo ronda el salario mínimo (655,20 euros al mes), y que en España ya suponen el 13 % de la población, cuatro puntos más que la media europea.

Argumenta que en un escenario de enorme devaluación salarial, como el español, «la productividad ha crecido muchísimo y el margen que da ese crecimiento permite una mejora sensible en la cuantía de este salario».

Nieto recuerda que en España hay personas que tienen trabajo «pero siguen siendo pobres» (jóvenes y autónomos en su mayoría) y 700.000 hogares que no reciben ningún ingreso y en ese contexto plantea la primera exigencia: el empleo decente, es decir, «con derechos, sin discriminación, en condiciones saludables, con una remuneración suficiente para vivir dignamente y protección social».

El responsable de la OIT explica que España está asistiendo a una situación «paradójica» ya que tras doce trimestres de recuperación económica, no hay recuperación social y eso convierte al país en una economía «frágil y vulnerable». En su opinión, esto no quiere decir que España esté amenazada por la recesión pero sí exige que el Gobierno que se conforme, tras este impás político, coloque la recuperación social «en el norte» de sus políticas económicas, algo que, además, deberá transmitir a Europa.